Fracaso de la humanidad y la ONU

Publicado el 2 de agosto de 2022

Alfonso Jaime Martínez Lazcano
Doctor en Derecho Público; maestro en Derecho Constitucional y Amparo, y
licenciado en derecho egresado de Acatlán, UNAM
emaillazcanoalf14@hotmail.com

Después de la Segunda Guerra se constituyó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con la finalidad de evitar a las generaciones venideras el flagelo de la guerra, que dos veces durante el siglo XX infligió a la humanidad sufrimientos indecibles, con el propósito reafirmar la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres y de las naciones grandes y pequeñas.

Practicar la tolerancia y a convivir en paz como buenos vecinos, a unir nuestras fuerzas para el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, a asegurar, mediante la aceptación de principios y la adopción de métodos, que no se usará la fuerza armada, sino en servicio del interés común.

La ONU busca mantener la paz y la seguridad internacional, y con tal fin: tomar medidas colectivas eficaces para prevenir y eliminar amenazas, y para suprimir actos de agresión u otros quebrantamientos, y lograr por medios pacíficos, y de conformidad con los principios de justicia y del derecho internacional, mediante el ajuste o arreglo de controversias o situaciones internacionales susceptibles de conducir a quebrantamientos de la paz.

La guerra de Rusia y Ucrania no es el único conflicto armado que hay actualmente. Según Sglobal, de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior, hay, al menos, otras 10 guerras en 2022. Por ejemplo, la guerra de Yemen sigue siendo devastadora. Los hutíes ya controlan al Bayda, una provincia limítrofe con Marib, y han hecho incursiones en Shabwa, más al este, lo que les permite interrumpir las vías de suministro a Marib, que sigue en manos del presidente Abed Rabbo Mansour Hadi.

Sin embargo, la guerra entre Rusia y Ucrania es un combate múltiple, también de carácter mediático, donde las cadenas televisivas de los países en conflicto y las de los “aliados” difunden noticias sesgadas, además de la censura contra los medios no afines, sobre todo por las empresas que controlan las redes sociales, lo que se ha convertido, en la práctica, una guerra de los medios por el control de las conciencias.

Se cumple con la frase del senador estadounidense Hiram Johnson en 1917, en el contexto de la Primera Guerra Mundial: “La primera víctima cuando llega la guerra es la verdad”, y 25 años después, durante la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill reafirmó: “en tiempos de guerra la verdad es tan preciosa que debería ser protegida por un guardaespaldas de las mentiras”.

También es una guerra comercial y financiera entre los países que integran la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) y Rusia, en la que los consumidores de los productos como el gas y el petróleo ruso son los mismos beligerantes y tienen una gran dependencia de estas materias. Al decir decidir en propio detrimento no comprarle a Rusia ni gas ni petróleo, lo cual es tirarse una bala en el zapato, porque Europa depende un 40% del gas ruso. Además, la “congelación” de las reservas de Rusia le han impedido pagar la deuda, lo que se conoce como default, situación que no sucedía desde 1917.

Lo consecuencia ha sido que en los países de la OTAN los precios se han incrementado, llegando a niveles históricos, por ejemplo, en los Estados Unidos de América, tan sólo en el mes de mayo de 2022, llegó a 8.6% la inflación, el nivel más alto en 40 años en los precios de alimentos y gasolina; mientras que en los países de Europa llegó al 7.5% en marzo de 2022, en comparación con el mismo mes del año anterior, principalmente por los costos de la energía, así hay naciones con una inflación más intensa: Lituania (15.6%) y Estonia (14.8%).

Lo más grave es la pérdida de vidas humanas y la destrucción de infraestructura. El gobierno de Ucrania ha dicho que 1,300 de sus soldados han muerto en los combates y 26,650 militares rusos. Por su parte, Rusia ha afirmado que han muerto 1,351 de sus efectivos y 14,000 militares ucranianos. En cuanto al número de civiles fallecidos, la ONU ha podido verificar la muerte de 4,074 civiles y 4,826 personas heridas. Entre los fallecidos hay 262 niños. De estas personas son 1,540 hombres, 1,014 mujeres, 93 niñas y 100 niños, así como 69 niños y 1,258 adultos cuyo sexo aún se desconoce (mayo 2022). Y, desde luego, las consecuencias y datos seguirán incrementándose; en la era en la que todos estamos más comunicados y más engañados.

El siglo XXI se ha convertido en la lucha por la hegemonía mundial, sin importar los resultados. Qué lejos estamos de los derechos humanos, por las ambiciones de grupos que se han adueñado del planeta, lo que implica tratar a todos como mercancías u objetos, al fin todo es estadística, porque “en la guerra y en el amor todo se vale”.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero