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Proyecto constitucional de Chile: claros y oscuros

Publicado el 16 de agosto de 2022


Jorge Alberto Witker Velázquez

Investigador en el Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM
emailwitker@unam.mx

Se ha dicho que la estrategia de convocar a una Constituyente en Chile fue correcta, con el apoyo de más del 70% de la población, pero la implementación no ha sido correctamente realizada y hoy el referéndum de salida, al parecer, peligra su aprobación, a decir de todas las encuestas conocidas al momento (15 de agosto de 2022).

En efecto, se trata de 388 artículos, y 50 transitorios, que contienen una progresista visión y misión de derechos sociales, colectivos ambientales, de géneros, y que son originales e inéditos para el constitucionalismo regional y comparado.

Empero, tiene aspectos complejos y debatibles, en el ámbito del sistema político, que erosionan la centralidad del Estado y enfatizan derechos identitarios en una desigualdad de una nación con 18 millones de habitantes, junto a no más de un millón y medio de pueblos originarios diversos, entre los que destacan los pueblos mapuches, que recién crearon su bandera, y, paradojalmente, divididos entre araucanos y santiaguinos, se vuelven jurídicamente nación en el nuevo proyecto constitucional. Esto es, bajo el principio de un Estado plurinacional derivan nueve sistemas de justicia fundados en usos y costumbres que van de aimaras a afrodescendientes y otros, que materializan discriminaciones atentatorias al principio de igualdad y al derecho de acceso a una justicia pública y única para todos.

Reconociendo una regionalización necesaria, el proyecto plantea, además, una concentración del poder que reúne las clásicas funciones de los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, que caracterizan a las llamadas democracias del mundo hasta hoy. Un Ejecutivo legislador, vía facultades reglamentarias, no es, al perecer, muy conveniente, y otro ejemplo en este sentido es que el contralor, alto funcionario competente para evaluar la legalidad de los actos administrativos y ejecutivos, es nombrado por el propio Ejecutivo, evidenciando un autoritarismo futuro, poco consistente con un horizonte tan democrático y plural como fue al inicio, y composición de la propia Convención Constituyente.

En síntesis, un proyecto constitucional con profundo contenido social y progresista, por lo anterior, debe ajustar el diseño político y hacer viables los principios de igualdad para todos los que habitan el territorio del país andino, sin discriminaciones y exclusiones.

Debe replantearse una forma de Estado mínimo unitario y un sistema de justicia único, escrito y oral, para todos y un reconocimiento pleno y efectivo a pueblos originarios protegidos y defendidos en sus derechos, lenguas y colectivos por tribunales que practiquen la justicia, la equidad y una igualdad real y social para todos los habitantes de este nuevo Chile.


Ciudad Universitaria, 15 de agosto de 2022


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero