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La criminología positivista en el estudio de la
delincuencia femenil: una mirada crítica

Publicado el 3 de octubre de 2022

Jordan Vladimir Tello Ibarra
Doctorando en Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Nayarit
emailVladimir.tello@uan.edu.mx

Las ciencias sociales surgieron imitando los métodos de las ciencias naturales durante el siglo XVIII. Esto representó apegarse a los esquemas naturalistas de la ciencia para legitimar la cientificidad del estudio de los fenómenos sociales. La delincuencia como objeto de estudio no escapó a esos parámetros.

Fiel a la tradición positivista enfocada en el método hipotético-deductivo, aspirando hacia la explicación, formulación de leyes y validación-verificación del conocimiento; las ciencias criminales y las teorías clásicas de la delincuencia femenil buscaron explicar la participación de las mujeres en los delitos a partir de características clínico-biológicas, apegándose a los principios epistémicos de las ciencias naturales.

El auge de disciplinas como la psicología, la estadística y la fisiología alimentaron la naciente criminología del siglo XIX, ciencia que se abocó a explicar racionalmente el fenómeno delictual en las mujeres (Memoria Chilena. Biblioteca Nacional de Chile , 2018). Las mujeres que llegaban a cometer un delito eran consideradas “enfermas”, pues se sostenía que tenían algún desequilibrio en su naturalidad biológica, por ello las teorías de la delincuencia femenil fueron configuradas principalmente desde los enfoques biológicos, psiquiátricos, endocrinológicos y neurológicos, y articulando el pensamiento sociológico, el delito se abordó como una “patología social” (Dovio, 2016; Ríos-Patio, 2017).

El médico Lombroso, uno de los principales precursores de la corriente biológica de la delincuencia, sostuvo que las causas físicas y biológicas son las que originan la criminalidad, y que el crimen es producto de tendencias innatas de orden genético, visibles en determinados rasgos fisonómicos de los delincuentes habituales (Ríos-Patio, 2017). Dentro de los estudios realizados por Lombroso, se llegó a afirmar que la mujer es generalmente inferior al hombre en estatura, volumen de las vísceras, distribución de la grasa, volumen del cráneo, peso de la mandíbula, pesos del cerebro, entre otros rasgos físicos, y que instintivamente la mujer es mentirosa, sugestionable, infantil e irritable, más que el hombre (Purata, 2019), que la mujer es inferior evolutivamente, adjetivos sexistas.

Estudios como el de José Luis Trujillo, “Endocrinología y criminalidad femenina” (1983, citado en Hernández, 2018) sostiene la existencia de trastornos que van desde estados depresivos o maniacos hasta psicosis menstruales específicas, son derivado de un supuesto desequilibrio ocasionado por el óvulo no fecundado. El autor sitúa a este fenómeno hormonal como el causante de los comportamientos delictivos. (Hernández-Armas, 2018).

Los teóricos bio-psico-sociales buscaron explicar las diferencias de género en la delincuencia, por la incidencia de la sexualidad precoz, las diferencias hormonales, el síndrome premenstrual y la agresión, nuevamente un enfoque biológico, que se adjudicaba el adjetivo “social” por considerar conglomerados humanos en sus investigaciones.

A finales del siglo XIX y comienzos del XX, los delitos más comunes cometidos por las mujeres fueron los infanticidios, abortos y abandonos de niños, delitos que atentaron sobre todo contra la concepción de la maternidad. Estos comportamientos “antinaturales” fueron evaluados como “desórdenes femeninos” ya que consideraban que las mujeres estaban potencialmente locas en situación de parto, menstruación, estado puerperal, menopausia; que por conocer o reconocer las consecuencias socioeconómicas y de abandono, las llevaban a cometer ese tipo de delitos. (Mallagray, 2019).

En sus comienzos en la década de 1880, bajo el nombre de “antropología criminal”, la ciencia de la criminología ofrecía una interpretación fundamentalmente biológica del delito; pero hacia 1910 esta disciplina pasó a basarse en una etiología multifactorial del delito que incluía también factores sociales y psicológicos (Salvatore y Aguirre, 2017).

El paradigma positivista del delito condujo a la creación de penitenciarías en la primera mitad del siglo XX en América Latina para albergar novedosas instituciones, tales como institutos de criminología y laboratorios psiquiátricos (con fines de experimentación). Esto se dio en Buenos Aires, La Habana, São Paulo, Puebla y Ciudad de México, ciudades donde la nueva ciencia de lo criminal se desarrolló con más fuerza durante el período 1910-1940 (Salvatore y Aguirre, 2017). Las teorías biológicas influyeron fuertemente sobre las teorías psicológicas de la delincuencia, sobre todo aquellas que, a partir de la experimentación y explicación neurobiológica, asumieron marcos para predecir la conducta delincuencial.

Si consideramos las teorías biológicas para aproximarnos al fenómeno de la delincuencia femenil por delitos contra la salud, ¿qué tan útil es medir los cráneos para explicar la vulnerabilidad social y la pobreza?, ¿es la menstruación un condicionante para robar?, ¿las mujeres que no son madres tienen menor sensibilidad y por ello son más propensas a las actividades criminales? Ese tipo de preguntas le interesa responder la criminología etiológica de las mujeres.

Por su parte, las teorías psicológicas sobre la delincuencia se han sustentado en la investigación de comportamientos violentos, a partir de dos tradiciones: La de origen estadounidense y la tradición de origen europeo. La estadounidense que ubica a la psicología fundamentalmente como ciencia experimental, especialmente orientadas por el paradigma positivista, y la tradición de origen europeo, centrada más en una perspectiva psicodinámica, aborda el estudio de la personalidad y del comportamiento sobre un paradigma hermenéutico de investigación, centrándose en la búsqueda del origen de las motivaciones profundas, su significado y orientación del carácter y la personalidad (psicoanálisis como psicología dinámica) (Hernández Cuevas, 2021).

El incremento considerable de encarcelamiento de las mujeres demanda una criminología desde otras posturas epistémicas. Poco a poco la criminología social y las teorías derivadas de ella aportan elementos para comprender el delito fuera de los ámbitos clínico-biológico-experimentales; la delincuencia es atravesada por fenómenos sociales como el narcotráfico, la migración, la pobreza y violencia estructural y directa contra las mujeres, además de entornos en donde se criminaliza a las mujeres por no apegarse a los roles y estereotipos de género que le son socio-culturalmente asignados: mujeres que deciden abortar, que abandonan creencias comunitarias, por dar algunos ejemplos.

Referencias

Dovio, Mariana. (2016) Peligrosidad y endocrinología criminal en Revista de Psiquiatría y Criminología 1936 – 1946, Buenos Aires, Argentina. Revista de Historia de las Prisiones (3). 150-161.

Hernández Cuevas, Maximiliano. (2021). Violencia, dominancia y manipulación: un análisis criminológico-integrador. Derecho Penal Y Criminología, 41(111), 109-132. https://doi.org/10.18601/01210483.v41n111.04

Hernández-Armas, Carlos. (2018). El estigma de las mujeres en reclusión en México: una mirada desde el interaccionismo simbólico. Trayectorias Humanas Trascontinentales, 3.

Mallagray, ma. (2019). El Asilo del Buen Pastor en Jujuy. Un proyecto Correccional de mujeres. (1889-1920). Revista de Historia de las Prisiones (8), 96-120.

Memoria Chilena. Biblioteca Nacional de Chile . (2018). El sistema carcelario femenino en Chile (1735-1950) Mujeres tras las rejas. Obtenido de Biblioteca Nacional de Chile : http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-100708.html

Purata Guillén, Alma Jazmín (2019). Criminalidad femenina desde la antigüedad. Hechos y Derechos, [S.l.], ISSN 2448-4725. Disponible en: https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/hechos-y-derechos/article/view/13435/14864. Fecha de acceso: 05 june 2021

Ríos-Patio Gino (2017). La herencia de la criminología clínica. Horiz. Med. [Internet]. Abr [citado 2021 Jun 05] ; 17( 2 ): 71-76. Disponible en: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1727-558X2017000200011&lng=es. http://dx.doi.org/https://doi.org/10.24265/horizmed.2017.v17n2.10.

Salvatore, Ricardo y Aguirre, Carlos. (2017). Revisitando El nacimiento de la penitenciaría en América Latina veinte años después. Revista de Historia de las Prisiones (4), 7-42. Obtenido de https://www.revistadeprisiones.com/wp-content/uploads/2017/05/1.revisitando.pdf

Trujillo, J. (1983). Endocrinología y criminalidad femenina. En J. P. Palacios, La Mujer Delincuente. México, D.F.: UNAM.


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