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Derechos humanos de los niños, niñas y
adolescentes, en conflicto con la justicia

Publicado el 10 de octubre de 2022

Nelly Pérez Narváez
Estudiante de la especialidad de justicia para adolescentes, Escuela Judicial del
Tribunal Superior de Justicia Tabasco
emailNARVAEZ1906@hotmail.com

Se entiende por niño a todo ser humano desde su nacimiento hasta los 18 años, tienen derechos que deben ser aplicados sin excepción alguna y es obligación del Estado tomar las medidas necesarias para proteger al niño de toda forma de discriminación.

Estas medidas deben estar basadas en la consideración del interés superior del mismo, teniendo el derecho a vivir con su madre y su padre, a expresar su opinión, a tener una libertad de pensamiento, conciencia, religión.

Los derechos no hay que buscarlos, porque forman parte de nosotros, lo que hay que encontrar es la forma de conseguir que esos derechos se cumplan y sean respetados.

Aunque en algunos casos existen conflictos de derechos que pueden hacer dudar sobre qué derecho es más importante en un determinado caso, los derechos de la infancia son indivisibles, interdependientes e interrelacionados.

El propósito de la Convención sobre los Derechos del Niño, no es defender situaciones particulares (para lo anterior tenemos las leyes y quienes la aplican), sino promover el respeto de todos y derechos para todos los menores de edad, es aquí donde se ve más claramente que no es tan fácil decidir qué derecho es más importante.

Entre los derechos existen los positivos, que se refieren a cosas que tenemos que tener por ejemplo, un nombre y una nacionalidad, y derechos negativos, que se refieren a cosas que no tenemos que tener y que no deberían pasar; por ejemplo, a no sufrir discriminación, a no combatir en un grupo armado, no sufrir violencia o malos tratos.

Entonces, los derechos para toda la infancia se encuentran en cualquier lugar, ya que existe la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 1989, esto es un tratado de derechos humanos que casi todos los países del mundo se han comprometido a defender.

Desde su puesta en vigor, millones de niños y niñas han visto como han cambiado sus vidas: han podido acceder a servicios sanitarios, educativos, de protección, de participación ciudadana.

Es uno de los resultados del esfuerzo y dedicación de muchas personas de todo el mundo por hacer un mundo apropiado para la infancia, involucra a los gobiernos en la aplicación de las políticas necesarias para garantizarlos.

Pero la convención no es mágica, su simple existencia no hace que todos los niños se liberen de abusos e injusticias.

Es necesario que todos nos comprometamos para hacer que los derechos de la infancia se respeten, ya que un tratado internacional como la Convención sobre los Derechos del Niño, que es la base de normas y leyes de protección de la infancia en todo el mundo, puede hacernos pensar que ya no es tan necesario preocuparse por el cumplimiento de estos derechos, sin embargo, no es así.

Recordemos que la multicitada convención, es un tratado internacional de las Naciones Unidas que reconoce que todas las personas menores de 18 años tienen derechos a ser protegidas, desarrollarse y participar activamente en la sociedad, estableciendo que los niños y niñas son sujetos de derecho.

Fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, ha sido ratificada por todos los países del mundo menos tres: Somalia, Estados Unidos y Sudán del Sur.

Cuando los derechos no se cumplen como en los países anteriormente mencionados, los niños y niñas ven cómo sus derechos se vulneran, no tienen la esperanza de pensar que al día siguiente todo será distinto, en estos casos, los niños llegan a adultos sin haber disfrutado de sus derechos, a veces, incluso pierden esa oportunidad, porque las violaciones sistemáticas de derechos como la nutrición, la salud, la educación o la protección hacen mas vulnerables a niños y niñas a peligros que pueden costarles la vida.

Es necesario saber que los derechos de la infancia no pueden desaparecer porque son irrenunciables, son derechos humanos inherentes a la persona, con el que nacen todos los niños y que existen hasta la mayoría de edad.

Pero las situaciones descritas si pueden producirse (de hecho, se producen todos los días), es decir que todos los menores de edad tengan derechos no significa que todos sus derechos se respeten y cumplan, por citar algunos ejemplos:

En todo el mundo, niños y niñas ven amenazadas sus vidas por la pobreza, la malnutrición, la falta de agua potable o los abusos, demasiados son obligados a trabajar en condiciones peligrosas para su salud y su desarrollo, muchos no tienen acceso a la educación, al juego y descanso.

Sin dejar a un lado que son explotados y carecen de un entorno protector (familia, comunidad o instituciones) que los cuiden y vigilen que no les pase nada malo.

Nosotros como adultos, así como nuestros jóvenes, necesitamos conocer el alcance real de los derechos de la infancia, para poder defenderlos y difundir, para enterarnos de las injusticias que se cometen y no dejarnos llevar por prejuicios del tipo, quizá si miráramos con un poco de atención a nuestro alrededor nos daríamos cuenta de que lo que provoca algunas de las injusticias más graves son actitudes y situaciones que también existen a nuestro alrededor.

Ya que muchos niños, niñas y adolescentes no pueden reclamar sus derechos porque ni siquiera los conocen, por ejemplo, el derecho a la información es uno de los derechos citados en la convención, es decir, la información y el conocimiento pueden abrirnos el paso al cumplimiento de otros derechos.

No debemos olvidar que aunque los niños y niñas tengan derechos, no significa que no tengan obligaciones y responsabilidades, de hecho, estamos obligados a respetar los derechos de los demás, sean niños o no. Por ejemplo, reírse de alguien que tiene una discapacidad atenta contra su derecho a no ser discriminado y a no recibir malos traros; difundir rumores sobre alguien, vulnera su derecho a la imagen y acusar y castigar a alguien de algo que no ha hecho va contra su derecho a ser tratado con justicia.

La Convención sobre los Derechos del Niño es algo serio, ya que es significa un reconocimiento del deber de proteger a los menores de edad de injusticias graves que pueden limitar sus posibilidades de desarrollo y que pueden causarles problemas y sufrimiento.

Esto no significa que los menores, sólo por el hecho de serlo a como lo he venido comentando, tengan derecho a todo, por ejemplo, el derecho al juego no implica tener derecho a que le regalen los juguetes que el niño pide; el derecho a la alimentación no significa poder elegir que todos los días quiera comer pizza; ni el derecho a la libertad de opinión es que los padres dejen estar en la calle hasta las horas que el niño quiera.

Por supuesto que se puede hacer mucho por sus derechos y por los de otros niños y niñas, pero antes reflexionar sobre situaciones de nuestro entorno en la que estos derechos no se cumplan o estén en peligro.

No hay que confundir estos derechos de los niños y niñas, ya que, en la actualidad, mucha gente piensa que los derechos son algo que tiene que ver con la política y las leyes y que preocuparse por ellos es poco práctico.

La convención puede ampliarse con documentos adicionales que aumenten la protección de algunos derechos: son los protocolos facultativos de la convención; cabe mencionar que hay tres protocolos que no han sido ratificados aún por todos los Estados parte de la convención.

Pero los países que ratifican la convención están obligados a poner los medios para que los derechos de la infancia se cumplan en su territorio (elaborando leyes, creando instituciones de protección políticas de infancia).

Es por eso que el Comité para los Derechos del Niño vigila si los países cumplen con sus compromisos y hace recomendaciones para que cambien sus leyes y políticas.

La impunidad de las violaciones de los derechos humanos es el mayor oponente a vencer en estos asuntos, y para ello es vital que los casos de violaciones sean juzgados severamente, sin importar el tiempo transcurrido de los hechos: eso es lo que significa que los crímenes de lesa humanidad nunca prescriben.

El Estado mexicano, al suscribir la convención sobre los derechos del niño adquirió el compromiso de promover, respetar y restituir los derechos de niñas, niños y adolescentes para así asegurar su desarrollo integral.

Ese instrumento internacional, posee efectos vinculantes, por lo que uno de los retos a nivel internacional es dar cumplimiento a las obligaciones adquiridas, sujetarse a la revisión.

Por lo anterior, será de gran importancia que las nuevas administraciones de gobierno federal y en algunas entidades, actúen de manera oportuna para que las autoridades integren en su planeación de desarrollo nacional los componentes necesarios para el cumplimiento y evaluación de esas metas, que es primordial para nuestro país.

La asignación de recursos económicos específicos y suficientes, gestionar presupuestos con perspectiva de derechos, impulsar y fortalecer de los sistemas de inversión públicos transparentes y rendición de cuentas.

Incluir la participación de las niñas, niños y adolescentes y de la sociedad civil en la conformación de los sistemas de protección, así como el fortalecimiento de los procesos de profesionalización de sus servidoras y servidores públicos.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Karla Beatriz Templos Nuñez