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La democracia en el Estado mexicano: antecedentes e importancia

Publicado el 13 de diciembre de 2022

Andrés Villalobos Blanc
Estudiante de la maestría en Derecho Constitucional y Amparo, Universidad
Autónoma de San Luis Potosí
emailvillalobos.blanc@gmail.com

Analizando el estudio de la democracia en la república mexicana, es necesario entender cómo llegaron esas ideas a nuestra nación, y cómo se desarrollaron a través del tiempo para llegar a lo que tenemos en la actualidad, dichas ideas nos remiten a las prácticas políticas en los días novohispanos, ya que los procedimientos o modelos políticos prehispánicos eran por lo general teocráticos militares. Cuando llegan Cortés y sus tropas no vemos un cambio beneficiario, puesto que introducen ideas del sistema feudal, porque es lo que imperaba en Europa, fue una trasmisión directa de tlatoani a rey, algo muy similar.

La dinámica política en la colonia dejo muy pocos o casi nulos espacios a la actividad ciudadana, la corona se consideraba como única titular de las decisiones del gobierno, ese sistema incluía virreyes, audiencias, gobernadores, corregidores, alcaldes y tenientes que competían en la práctica con eclesiásticos y cualquiera que tuviera el poder en los territorios novohispanos. (Soto Espinoza, 2010, pp. 66-70)

Entrando a 1810, vemos como se revoluciona la idea del mexicano buscando lo que ellos consideraban era justo y propio, se despertó el deseo de mejora y bienestar para la población.

Durante los inicios del siglo XIX vemos grandes avances para la democracia entre los que encontramos (Martinez Anzures, 2013, p. 34); primero, en España se da la elección de diputados para las cortes de Cádiz, lo cual se realizó en 1812 esto con el propósito de generar poder; segundo, los ideales y metas del líder insurgente, José María Morelos y Pavón, resaltaron una ampliación a la democracia, en primer lugar con los llamados “Sentimientos de la Nación”, en este documento se asume el concepto de soberanía popular estableciendo en el artículo quinto “que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo” (Morelos y Pavón, 1813), al paso de los años en 1814, vemos la expedición del Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana (Constitución de Apatzingán) en la cual se advertía la instauración de un régimen republicano.

Pasando a la consumación de la independencia, México se vio en la necesidad de pasar por una gran variedad de luchas con la intención de instaurar la soberanía nacional y la democracia primaria, para después poder ejercer la soberanía, por lo tanto, se luchó por establecer el sistema democrático anhelado. Los mexicanos se tuvieron que enfrentar a la antigua nación que se negaba a reconocer la independencia, además de defenderse de aquellas naciones que querían ocupar el cargo dejado por la corona española, como resultado del movimiento independentista, surgió el Imperio mexicano, encabezado por Agustín de Iturbide, es decir, se enfocaron en adoptar una forma de gobierno monárquica, este periodo tiene una duración de dos años, y se puede decir que no fue lo más democrático.

El imperio se anula con el Plan de Casa Mata, encabezado por Santa Anna, este apoyado de Vicente Guerrero, causando la caída de la monarquía para implementar una República. La República federal fue proclamada en noviembre de 1823 por el congreso constituyente y establecida firmemente el 4 de octubre de 1824 con la proclamación de la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, teniendo la característica de ser una República federal “representativa”, lo que fue por fin un gran avance para la democracia. Sin embargo, en 1830 se ve un grave retroceso en la democracia mexicana, ya que por falta de consenso y atribuyendo una superioridad intelectual a los hombres pertenecientes a la clase alta y adinerada con posibilidades superiores de acceso a la educación, se limitó a las clases superiores el derecho al voto.

Introduciendo la Constitución de 1857, se creía que el objeto de la constitución era establecer la “democracia”, como una situación de integridad y casi de orgullo; menciona el autor Emilio Rabasa; “la democracia residía en el sufragio universal y en la supremacía del congreso, entendiendo que la ley política tiene por objeto la organización nacional, que esta no es viable sino cuando la sostiene la voluntad de la nación misma” (Rabasa, 2016, p.173). La nueva Constitución de 1857, fue una representación de lo que sería un México verdaderamente independiente, soberano, libre e igualitario. Todos los privilegios de origen colonial fueron atacados por las distintas leyes liberales, concluyendo con la Ley fundamental del 57, dando dignidad y una ciudadanización al pueblo mexicano. (Soto Espinoza, 2010, p. 72)

Por lo antes escrito, podemos entender que gracias a la Ley fundamental de 1857, se pudo gozar de una democracia más favorable, debemos recordar que la democracia decimonónica era muy distinta a lo que conocemos hoy en día, sin embargo, la promulgación de la Constitución de 1857 trajo consigo años de batalla e intranquilidad para la nación, siendo hasta la paz porfiriana cuando podemos ver una tranquilidad y armonía en el pueblo, pero esa paz no favoreció a la democracia, esto porque, se originó una dictadura, si bien, era una dictadura benévola desde el punto de vista económico y legislativo, seguía siendo una dictadura y un régimen de ese tipo no destaca por la soberanía popular, lo que causo la Revolución mexicana de 1910, con esa lucha armada se tenían diversos ideales, pero la democracia era uno de los principales temas que se exigían, sobre todo por el líder revolucionario Francisco I. Madero, quien desde un inicio en su libro La sucesión presidencial en 1910, hizo un estudio específico para desvirtuar el cuestionamiento, “¿El pueblo mexicano está apto para la democracia?”, en dicho estudio, mencionó que no sería fácil entrar a una democracia real, ya que la mayoría de los mexicanos se encontraban hundidos en la ignorancia siendo la gran mayoría analfabeta.

Pero mencionaba que el gran problema por el que México carecía de una democracia satisfactoria era del poco valor que el pueblo tenía para denunciar su presencia, México se encontraba atrofiado por 30 años de no participación democrática, pero lo que Madero intentaba resaltar es que en cuanto más tiempo se dejara pasar, la atrofia sería más compleja (Madero, 2008, p.226). Por lo anterior Madero impulsaba al pueblo a luchar con constancia, ya que, según su ideología, un gobernante que debe su poder a la ley y al pueblo, siempre será respetuoso para con ellos y obedecerá sus mandatos.

Tras la renuncia del general Díaz, cuando Francisco I. Madero erige su gobierno, hace una enmienda constitucional fechada el 27 de noviembre de 1911, con la cual modifica los numerales 78 y 109, esto con la intención de prohibir la reelección del presidente y vicepresidente, así como a los gobernadores, de esta manera impone constitucionalmente la “no reelección”, dando un fuerte paso a la democracia Nacional.

Pero, ¿qué pasa después del maderismo y la Revolución mexicana? Se instaura la Constitución de 1917 y relativamente se democratiza a la nación, pero desde la revolución y hasta mediados de la década de 1990, México fue una dictadura de partido. Dicho partido se desprende del triunfo revolucionario, fundado en 1929 bajo la denominación Partido Nacional Revolucionario (PNR), posteriormente en 1938 se convierte en el “Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y para concluir su trasformación en 1946 se convierte en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el cual sigue existiendo hasta la actualidad. El partido político mencionado dominó el poder político e institucional por más de 70 años, a este tipo de régimen político, escritores y autores como Mario Vargas Llosa, le llaman “la dictadura perfecta” porque controlaba a todo el poder, ejerciendo un control político a través de distintos mecanismos, otros autores indican que fue perfecta por que en una dictadura común el dictador muere y con ello el régimen muere, pero en esta dictadura institucional, la institución puede nunca morir y con ello la dictadura prevalece muchos años.

Pero es en las elecciones del año 2000, cuando se vive una alternancia partidista y el candidato a la presidencia de la república Vicente Fox del Partido Acción Nacional (PAN) gana las elecciones y es como el pueblo redescubre que la democracia mexicana sí existe y la dictadura partidista no tenía el control, sino, por el contrario, el sufragio popular lo tenía, en otras palabras, una Revolución no era necesaria para dar un cambio político.

Conforme paso el tiempo, se fueron creando varios partidos políticos con distintas ideologías, y con ello las relaciones, los pesos y contrapesos han cambiado, ajustándose a las dinámicas propias de una sociedad democrática y moderna, pero debemos recordar que toda democracia debe de cumplir con atributos, entre esos atributos encontramos: la competencia, la democracia siempre compite por alguna cosa en específico ya sean ideas, recursos, cargos o influencias; participación ciudadana, la participación del pueblo es fundamental en la democracia, sin esta participación activa la democracia es débil y en algunos casos nula; la legalidad o legitimidad, todo gobierno que se dice democrático debe de contar con el reconocimiento de las personas que están sujetas a sus decisiones y por ende son favorecidas o afectadas por sus decisiones; pluralismo, libertad y diversidad, la democracia tiene como tarea cumplir lo que espera la ciudadanía, el pluralismo sería la diversidad en cuanto a posturas, opiniones, preferencias, valores, identidades o ideologías esto le da más poder a las sociedades, ya que no solo cuenta la opinión de unos cuantos, sino que todos tienen una opinión; la tolerancia y solidaridad, se exige reconocer que los demás tienen el mismo derecho que nosotros para expresar sus opiniones y para buscar la realización de sus intereses, ideologías o preferencias, esto de manera pacífica dentro de una sociedad, y por último, la trasparencia y rendición de cuentas, esto es un control de la ciudadanía para el ejercicio del gobierno, dando legalidad a los actos.

Conforme a esas características es como una democracia puede ser legítima en una nación, esperando siempre las decisiones más favorables para el pueblo, pero es indispensable tener un pueblo sabio, que sepa lo que le corresponde a su nación, esto pensando en el momento histórico que se vive, lo cual engloba muchos puntos como la economía, la salud, el trabajo, las capacidades, la legalidad, la seguridad de los derechos fundamentales, las relaciones exteriores y sobre todo la paz, el pueblo debe de analizar todo su entorno para saber a quién depositarle su confianza conforme a la democracia.

Bibliografía

- INE (2022) La democracia en México, hacia un cambio político, UNAM, México, disponible en: https://farodemocratico.juridicas.unam.mx/la-democracia-en-mexico/#tri-tema-7 (consultado el 28/11/22).

- INE (2022) Los atributos de la democracia, UNAM, México, disponible en https://farodemocratico.juridicas.unam.mx/los-atributos-de-la-democracia/#tri-tema-3.

- MADERO, Francisco Ignacio (2008) La sucesión presidencial en 1910, Clío, México.

- MARTINEZ ANZURES, Roberto, Antecedentes, actualidad y retos de la democracia en México, ITESM, 2013, PP. 33 y 34, consultado el 18/12/21, en: https://repositorio.tec.mx/bitstream/handle/11285/628914/33068001113054.pdf?sequence=1&isAllowed.

- MORELOS Y PAVON, José María, sentimientos de la nación, México, 1813, consultado en: http://www.ordenjuridico.gob.mx/Constitucion/1813.pdf .

- RABASA, Emilio, La constitución y la dictadura, editorial Porrúa, México, 2016, P. 173 y 174.

- SALAZAR, Arturo Adrián (2022) Francisco I. Madero, el emisario de la democracia en México: INFOGRAFIA, PorEsto!, Mérida, Yucatán, 30 de octubre, disponible en: https://www.poresto.net/republica/2022/10/30/francisco-i-madero-el-emisario-de-la-democracia-en-mexico-infografia-357527.html .

- SOTO ESPINOZA, Salvador, Ciudadanía y democracia en la historia de México: 1810-2010 doscientos años en el cambio, CEENL, 2010.

- SOTO ESPINOZA, Salvador, Ciudadanía y democracia en la historia de México: 1810-2010 doscientos años en el cambio, CEENL, 2010.


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