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Interseccionalidad en la serie Jeffrey Dahmer (Netflix)

Publicado el 24 de enero de 2023

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Eduardo Daniel Vázquez Pérez
Maestro en derecho con mención honorífica, por la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM); estancia en MacEwan University, Alberta, Canadá;
investigador visitante certificado por el Vicerrectorado de Política Científica,
Investigación y Doctorado de la Universidad Complutense de Madrid, España
(UCM); investigador visitante por la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la
Universidad Carlos III de Madrid, España (UC3M).
email danielcarlos3madrid@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6845-8294

Jeffrey Dahmer, uno de los asesinos seriales más crueles en la historia moderna de los Estados Unidos de 1978 hasta 1991, asesinó a un total de 17 personas en Milwaukee, Wisconsin. Esta situación permitió que Dahmer fuera apodado como “el caníbal de Milwaukee”.

Netflix, una de las grandes plataformas de servicios de streaming en todo el mundo, el 21 de septiembre del 2022, estrena la terrorífica y escalofriante serie que lleva por nombre Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, protagonizada por Evan Peters, a través de la cual, se narran grosso modo las prácticas escabrosas llevadas a cabo por Dahmer hacia sus víctimas, entre las que destacan: necrofilia, canibalismo y almacenamiento de restos óseos (huesos) en descomposición en un arcón frigorífico. Si bien es cierto que la miniserie intenta hacer un símil de lo sucedido por el homicida en Milwaukee (donde mató a dieciséis personas), también es verdad que la transmisión es carente en materia de perspectiva de víctimas, además de ser verdaderamente difícil de ver, o como diría Stuart Heritage de The Guardian, quien la calificó de “casi nauseabundamente inmirable”.

No obstante, es precisamente esta situación, aunado a las grandes cifras de views a la serie por parte de la audiencia en la plataforma de Netflix, que, el realizar un análisis del contenido de la miniserie con un total de diez capítulos, se convierte más en una obligación que en una necesidad para referirnos exclusivamente a los Estados Unidos, donde la violencia en variadas ocasiones ha quedado impune ante la incompetencia de las autoridades encargadas de la impartición de justicia, a efecto de garantizar el Estado de derecho y como consecuencia, también de la ideología supremacista en la que el ciudadano blanco es superior al negro o donde desafortunadamente, el primero tiene más derechos que el segundo.

Es por ello, que el somero análisis presente versa respecto a los elementos (implícitos) que logran percibirse en el contenido de la miniserie en comento, a partir de la teoría de la interseccionalidad, con la que se intentará evidenciar los discursos sistemáticos y de desigualdad existentes —y que persisten en la actualidad— en aquellos años en los Estados Unidos, motivo por el que, durante más de una década, las autoridades de Milwaukee no detuvieron al asesino serial, el enemigo Jeffrey Dahmer y, en consecuencia, generaron impunidad no sólo para las víctimas, sino también para sus familiares.

Homosexuales, negros y pobres. Eran los requisitos que debían cumplir los perfiles idóneos de Jeffrey Dahmer. Pero, ¿por qué tales elementos convertían a las víctimas en los prototipos perfectos para Jeffrey Dahmer?, ¿era racista? La respuesta es un rotundo no, no era racista, en la medida que sus víctimas no eran en su totalidad negros, ya que, también había blancos y, a su vez, hay que tomar en consideración que el contexto geográfico en el que se desarrolló estaba conformado, en su mayoría, por personas negras. Dicho en otras palabras, Jeffrey Dahmer interactuaba socialmente en los grupúsculos (guetos) de negros como son los bares de ambiente gay.

La teoría de la interseccionalidad de acuerdo a Mara Viveros Vigoya (2016) indica puntualmente lo siguiente: desde hace algunos años, la interseccionalidad se ha convertido en la expresión utilizada para designar la perspectiva teórica y metodológica que busca dar cuenta de la percepción cruzada o imbricada de las relaciones de poder (pág. 2). Por lo tanto, partiendo desde este punto de referencia teórico, la interseccionalidad en la miniserie Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, la podemos identificar en los siguientes puntos:

I. El contexto socio-geográfico en el que Jeffrey Dahmer interactuaba, estaba constituido por personas que, en su mayoría, eran negras;

II. Las y los negros que, en aquellos años vivían en Milwaukee, Wisconsin, Estados Unidos, eran personas con bajo poder adquisitivo;

III. Para la ideología del supremacismo blanco, los negros conformaban a los otros: los enemigos;

IV. Al ser un barrio conformado por negros, no exenta, que, entre estos, también había negros homosexuales y, a su vez, que fueran de escasos recursos económicos;

V. Los negros homosexuales frecuentaban sitios de ambiente gay, siendo precisamente estos, los que en su mayoría frecuentaba Jeffrey Dahmer para atrapar a sus víctimas e invitarlos a su casa, con el fin de tomarse fotos a cambio de una recompensa económica (50 o 100 dólares estadounidenses);

VI. Los anteriores puntos imposibilitaban que los procesos de captura del blanco homicida, Jeffrey Dahmer por parte de los policías que vigilaban el barrio, estuviese imposibilitada porque las víctimas al ser negros y homosexuales, se tenía el estigma de “contagiarse” de homosexualidad o de alguna enfermedad venérea (ETS).

De la misma forma, es oportuno resaltar que para Jeffrey Dahmer uno de sus afrodisiacos, además de ver el color y brillo de las vísceras humanas (esplacnofilia), consistía en ejercer el control sobre sus víctimas, es decir, en dominar totalmente a los hombres que se convertirían en sus presas a partir de elementos consensuados, que posibilitarían su objetivo (brindándoles alcohol y/o drogas) para posteriormente tener relaciones sexuales con ellos, descuartizarlos, o en su defecto, comérselos.

El poder para el filósofo francés, Michel Foucault (1986), “es el nombre que se presta a una situación estratégica compleja en una sociedad dada” (pág. 113). Entonces, ante la situación compleja de una sociedad totalmente segregada por las condiciones económicas, aunado al color de piel de las personas y homofóbica, pues se estigmatizaba a este grupo social por las prácticas sexuales que ejecutaban con personas de su mismo sexo, impedían la detención del asesino en serie, Jeffrey Dahmer, quien con sus actividades atroces laceró severamente a la sociedad, desde dos puntos muy importantes: El primero de ellos, que al ser homosexual y blanco, su detención era imposible por parte de los policías, pues era evidente que estos no tocarían a una persona que se relacionaba sexualmente con otra, y mucho menos siendo de tez negra, y segundo, reiteraba sucesivamente (estigmatizaba) que estas actuaciones sólo eran ejecutadas por hombres homosexuales que, con tal de obtener placer de otros hombres, eran capaces de delinquir.

Finalmente, la miniserie Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer, de la plataforma Netflix, posibilita una infinidad de estudios relativos a la ciudad y sus zonas marginadas, donde la pobreza es criminalizada. Desde el campo psicológico, posibilita los estudios en materia de psiquiatría para identificar los elementos sociales que coadyuvan a que el asesino actúe de determina manera en sociedad; jurídicamente, por supuesto, porque independientemente de las dimensiones biológicas, los sujetos sociales deben comportarse de acuerdo al rol que se les ha asignado socialmente, con la finalidad de garantizar la vigencia de la norma y, sociológicamente, que puede complementar, como base, a los rubros científicos anteriormente referidos.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero