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La violencia contra las mujeres en el hogar durante la pandemia por SARSCoV2
(COVID-19) en la Ciudad de México

Publicado el 28 de abril de 2023

Griselda Mauricio Sánchez
Licenciada en derecho y especialista en Género y Derecho, por la UNAM,
maestrante en criminología y política criminal, Inacipe, estudiante de antropología social, ENAH
email120210114@enah.edu.mx

La familia es una institución tan antigua como la humanidad y su continua transformación responde a nuestra existencia. No hay nada fijo o inmutable en la familia, por lo que cada generación debe aprender a vivir de ella (Álvarez, 2005). Y en el mismo sentido, la Declaración Universal de Derechos Humanos establece que la familia es el elemento natural y la unidad básica de la sociedad, además, es objeto de protección por parte de la misma sociedad y del Estado.

Asimismo, tal como plantea Sanmartín (2008), la familia es algo propio de cada ser humano, es un proyecto, es algo que se va construyendo y que hoy día ya no sólo es el grupo conformado por hombre y mujer e hijos, sino que, jurídicamente, ya se reconoce el matrimonio igualitario, esto es, el matrimonio de dos personas del mismo sexo y que, en esta diversidad de familia, se pueden originar desacuerdos, conflictos y hasta violencia, lo cual, históricamente, ha sido tolerado, acordado y ha fungido como una forma de regularización.

Los desacuerdos o conflictos son absolutamente normales, de hecho, sería inaudito que no los hubiere ya que, al convivir bajo el mismo techo, mantener relaciones difusas en torno a los más diversos objetivos, tener edades diferentes, gustos distintos, ideas opuestas, etcétera, son objeto de desacuerdos, mismos que requieren formas de resolverlos, pero en algunas ocasiones se recurre a la violencia, la cual es un recurso para solucionar conflictos de forma incorrecta (Sanmartín, 2008).

Lo anterior ha sido un problema para las mujeres —al menos en sociedades como México— quienes históricamente han sido relegadas al hogar, al cuidado de los otros miembros de la familia, esto ha generado consecuencias como lo es la violencia física y psicológica que han perjudicado la vida de las mujeres.

Una de las razones de la violencia contra las mujeres en el hogar es que en la mayoría de las culturas el hogar de siempre ha constituido la esfera más privada y oculta de la existencia humana; es decir, esta violencia está amparada por viejos principios culturales, por costumbres sociales y por normas religiosas que tradicionalmente consideran la sumisión casi absoluta de la mujer al hombre, por ende el valor otorgado a la privacidad de este problema es algo aprendido durante largo tiempo por diversas sociedades y transmitido a los largo de los siglos (Pérez, 2011).

Lenore Walker en 1979 desarrolló un estudio en el que analizó situaciones de un grupo de mujeres en donde observó un ciclo de violencia, además, se percató de un patrón semejante entre las víctimas que se repetía llegando a establecer tres etapas constantes en sus relaciones de pareja.

GRÁFICO 1. CICLO DE LA VIOLENCIA DE LENORE WALKER

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FUENTE: Walker, 1979, citado en Bernal Ballesteros, 2019.

En este ciclo de violencia se observa con el llamado “amor romántico”, idea que hace a las mujeres un objeto y no sujeto, esto es, no las hace libres, sino que las hace dependientes del otro (Lagarde, 2013): cuestiones que durante la pandemia por SARSCoV2 (COVID-19) se intensificaron ya que el confinamiento produjo la convivencia y la tolerancia de la violencia, misma que —al menos en la CDMX— reflejó un alto índice de denuncias por violencia familiar.

A pesar de que desde 1979 con Walker comenzaron los estudios específicos y el reconocimiento de la existencia de violencia contra las mujeres en el hogar —esa que siempre fue invisibilizada y que es naturalizada por el simple hecho de ser mujer y su deber ligado al hogar— esto no ha generado un cambio, sino que ha generado situaciones en donde las mujeres son maltratadas, viven crónicas de abuso y por diversas razones no denuncian, no buscan ayuda y, por lo tanto, no salen del círculo de violencia, experimentando sentimientos de culpa, vergüenza, miedo e impotencia (Bernal, 2019), mismos que han sido permitidos como parte de las estructuras del sistema patriarcal.

Cabe señalar que antes de que el mundo padeciera la pandemia por SARSCoV2 (COVID-19) 243 millones de mujeres y niñas (de 15 a 29 años) a nivel mundial habían sufrido violencia física o sexual por parte de la pareja; hoy en día la misma ONU señala que desde que se declaró el brote de COVID-19 se han intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres y las niñas, sobre todo la violencia en el hogar y en diferentes espacios.

De forma más específica, en México, el Observatorio Nacional Ciudadano en uno de sus reportes de la incidencia delictiva del primer trimestre del año 2021 de la Ciudad de México muestra los siguientes datos:

● Las carpetas por violencia familiar llegaron a su máximo histórico.
● Los delitos cuyas principales víctimas suelen ser las mujeres (violación y violencia familiar) siguen en aumento. En el primer trimestre de 2021 se registró la mayor tasa de carpetas de investigación desde que se tiene registro para estos delitos.
● La Ciudad de México ocupa el primer lugar en robo a transeúntes, en transporte público y a negocio; segundo lugar en robo con violencia y violencia familiar; noveno lugar en feminicidio y violación, y décimo lugar en trata de persona.

Lo anterior visibiliza una parte del problema de la violencia contra las mujeres tras el confinamiento por SARSCoV2 (COVID-19) en México, por ello, es necesario que se visibilice la violencia contra las mujeres a nivel internacional, nacional y de forma específica en la Ciudad de México, ya que las mujeres son un grupo de la población que han sido víctimas de violencia tanto en el ámbito privado como público, y en este sentido la violencia en el hogar es un lugar en el que se ha normalizado la violencia como parte de la convivencia.

REFERENCIAS

ÁLVAREZ BERMÚDEZ, JAVIER, Manual de prevención de violencia intrafamiliar, Trillas, 2005.

BERNAL BALLESTEROS, María José y PAZ GONZÁLEZ, Issac de, “La igualdad y la no discriminación a las mujeres. Aportaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos”, en Bernal Ballesteros, María José, et alt., (coords), Equidad y derechos humanos de las mujeres. Visión crítica en torno a las estrategias nacionales e internacionales, Colegio Mexiquense A.C., 2019.

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS, disponible en: https://www.un.org/es/about-us/universal-declaration-of-human-rights#:~:text=Elaborada%20por%20representantes%20de%20todas,todos%20los%20pueblos%20y%20naciones, consultada al de febrero de 2023.

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS, disponible en: https://www.unwomen.org/es/news/in-focus/in-focus-gender-equality-in-covid-19-response/violence-against-women-during-covid-19#:~:text=A%20escala%20mundial%2C%20incluso%20antes,por%20parte%20de%20su%20pareja.&text=El%20acoso%20sexual%20y%20otras,espacios%20p%C3%BAblicos%20y%20en%20Internet, consultada al 13 de febrero de 2023.

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS, disponible en: https://onc.org.mx/uploads/Presentacion-1t-2021.pdf, consultada al 16 de febrero de 2023.

PÉREZ GINES, Carlos Alberto, Derecho, realidad social y violencia de género, Editorial Difusión Jurídica, 2011.

SANMARTÍN ESPLUGUES, José, El enemigo en casa: la violencia familiar, Nabla, 2008.

LAGARDE, Marcela, “Desmontando el Mito del Amor Romántico”, Conferencia impartida en el Centro para la Igualdad “8 de Marzo”, Fuenlabrada, lunes 9 de diciembre de 2013, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=1jTO1XlduTU&t=2309s.


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