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Los sesgos cognitivos en las resoluciones penales de México

Publicado el 8 de junio de 2023

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Francisco Rosendo Olivares
Doctorando y maestro en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de
México, miembro del Seminario Permanente de Derecho Administrativo
Disciplinario de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
email rosendooolivaresf@gmail.com


Diversas investigaciones han constatado que los sesgos cognitivos ejercen una influencia nociva en la calidad de los juicios profesionales en diversas áreas, tanto en áreas técnicas como en ciencias formales y sociales. Esta problemática también se observa en el contexto de las decisiones tomadas por órganos impartidores de justicia al emitir un fallo.

A pesar de los esfuerzos por reducir estos sesgos cognitivos resulta imposible eliminarlos por completo de la práctica del derecho, e incluso tratar de controlar sus efectos, lo cual contrasta con la aspiración de que las decisiones jurisdiccionales sean el resultado del análisis sistemático respecto de la aplicación de los principios de imparcialidad, proporcionalidad, razonabilidad y el debido respeto a los derechos humanos de las personas juzgadas.

De acuerdo con las disposiciones del sistema penal acusatorio y oral mexicano, el establecimiento de la figura de un juzgador que controla el proceso debe observar los principios de objetividad e imparcialidad ya que son fundamentales para resolver las controversias penales. Este juzgador toma decisiones basándose en la información proporcionada por las partes involucradas durante las distintas etapas del proceso.

En este sentido, el órgano jurisdiccional no se basa únicamente en los hechos y argumentos presentados en la audiencia, sino que también se ven influenciados por diversos factores en la elaboración de su resolución. Estos factores representan procesos mentales inherentes a la percepción, el análisis y la acción en situaciones específicas.

Las investigaciones pioneras de los ganadores del premio nobel de economía, Daniel Kahneman y Amos Tversky, cuestionaron los fundamentos de la economía clásica, la cual sostenía que la conducta y la toma de decisiones eran plenamente objetivas y completamente racionales (Kahneman, 2020). Estos estudios destacaron la importancia de los sentimientos, la información parcial, las experiencias, las creencias y el conocimiento previo como determinantes en el comportamiento y razonamiento tanto a nivel individual como a nivel social en general (Aguilar, 2022).

En este contexto, se identificó el papel crucial de determinados procesos cognitivos a los que denominaron "heurísticos", estos son reglas o atajos cognitivos que permiten al cerebro simplificar los datos e información que recibe, facilitando la clasificación y discriminación de las opciones que deben tomarse en la vida cotidiana. En la mayoría de las situaciones los heurísticos son herramientas útiles para tomar decisiones rápidas.

Sin embargo, en ocasiones el uso de un heurístico por parte del cerebro puede resultar en procesos mentales simplificados que conducen a errores y decisiones incorrectas. Es importante tener en cuenta que estos errores cognitivos no sólo son cometidos por personas con poco conocimiento en estadística y probabilidad, sino que son compartidos por una diversidad de personas tanto profesionales como de investigadores al tomar decisiones relevantes en sus ámbitos de desarrollo (Hernández, 2020).

Es así como los Doctores Kahneman y Tversky denominaron a este tipo de errores en el pensamiento “sesgos cognitivos”, fallas en el pensamiento que se caracterizan por desviaciones sistemáticas en el procesamiento de la información. Estos sesgos pueden influir en la toma de decisiones de las personas, conduciéndolas a decisiones inexactas o distorsionadas.

Los sesgos cognitivos pueden atribuirse a diversas fallas en el procesamiento de la información por parte del cerebro, ya que este requiere una coherencia cognitiva en la información que recibe del entorno (Kahneman, 2020). La coherencia cognitiva se establece a través de una serie de procesos mediante los cuales el cerebro busca información en los recuerdos almacenados para construir una explicación de la realidad que sea lógica y permita un comportamiento consecuente y normal por parte de la persona (Kahneman, 2020).

Pueden ser influenciados por diversos factores, como las experiencias previas, la cultura, la educación y la forma en que el cerebro procesa la información (Cortada de Kohan, 2008). Estos sesgos pueden tener tanto efectos positivos como negativos, su influencia en la toma de decisiones y las interacciones sociales pueden ser significativas.

En relación con los procesos heurísticos que se desarrollan en la mente, los sesgos cognitivos pueden dar lugar de manera inconsciente a la formación de categorizaciones mentales que clasifican a grupos de personas de manera estereotipada. Los estereotipos se definen como creencias que atribuyen a un individuo características y atributos similares a los de todos los demás miembros de algún grupo determinado.

Cuando la mente de una persona asocia elementos negativos a un grupo estereotipado limita la posibilidad de desarrollar perspectivas diversas y obstaculiza la creación de relaciones empáticas y sociales (Kahneman, 2020), esto puede llevar a la justificación de la violencia hacia otras personas o a minimizar la violación de los derechos de aquellos que son estereotipados.

Es así como los sesgos cognitivos tienen implicaciones significativas en diversas áreas, abarcando desde la toma de decisiones personales hasta ámbitos como el político y jurídico. En el contexto del derecho, los sesgos cognitivos pueden tener un impacto especialmente relevante ya que pueden influir en cómo los jueces procesan y evalúan la información, lo cual puede conducir a decisiones injustas o discriminatorias (Arenas, 2021).

El campo del razonamiento jurídico ha experimentado un notable enriquecimiento en las últimas décadas, gracias a las hipótesis formuladas a partir de los resultados obtenidos en experimentos realizados por la psicología cognitiva y las neurociencias (Sánchez, 2022). Estos experimentos se enfocan en analizar cómo el funcionamiento del aparato cognitivo humano, tanto las actividades conscientes como las inconscientes de la mente y el cerebro, influyen en las decisiones relacionadas con cuestiones jurídicas.

Aunque se ha estudiado la clasificación e identificación de los heurísticos, especialmente aquellos que generan errores en el pensamiento conocidos como sesgos cognitivos, Kahaneman y Tversky identificaron tres heurísticos globales que han dado origen a diversos tipos de sesgos cognitivos. Estos tres heurísticos a su vez se convierten en los principales indicadores que dan lugar a una variedad de sesgos cognitivos entre los que se destacan los sesgos de accesibilidad, la representatividad y el sesgo de anclaje o ajuste que a continuación se analizaran.

Sesgo de accesibilidad. Pueden afectar la objetividad y la imparcialidad en el proceso penal. El sesgo de disponibilidad se refiere a la tendencia de las personas a fundar sus decisiones y juicios en información fácilmente accesible en su memoria o que se encuentra más presente en su entorno (Kahneman, Tversky, 1974). Un ejemplo claro de este sesgo es cuando los jueces basan su toma de decisiones principalmente en las pruebas de más fácil acceso o en información previa que haya dejado una impresión más duradera en su memoria. Esto puede llevar a que se otorgue mayor peso a ciertas pruebas o testimonios, ignorando otras pruebas relevantes que podrían tener una influencia significativa en el caso. Como resultado la decisión judicial puede estar sesgada y no reflejar completamente la realidad de los hechos.

Sesgo de representatividad. Los estudios de Tversky y Kahneman llevaron a identificar un sesgo a partir de la llamada heurística de representatividad, a lo largo del día a día de un individuo en su entorno social ésta debe determinar y categorizar eventos o personas. En el ámbito del proceso de categorización es común que se preste demasiada atención a atributos superficiales y llamativos de los sucesos o individuos, lo que puede llevar a inferir rápidamente que pertenecen a una categoría específica, ignorando así pruebas que apunten en dirección contraria.

Esta práctica puede generar sesgos y errores en la clasificación de los objetos o sujetos en cuestión, lo que puede afectar negativamente la toma de decisiones y la evaluación de los mismos. Por lo tanto, es importante considerar cuidadosamente todas las evidencias disponibles antes de categorizar los eventos o individuos para evitar caer en falacias y asegurar una clasificación precisa y justa.

Sesgo de anclaje o ajuste. En el ámbito jurídico es habitual realizar cálculos estimativos basados en un valor inicial que se ajusta con el fin de obtener una respuesta precisa. En consecuencia, las decisiones se ven fuertemente influenciadas por la información de partida, la cual puede tener un impacto decisivo en los resultados finales. Es importante tener en cuenta que la precisión de las estimaciones dependerá en gran medida de la calidad de los datos iniciales utilizados en el proceso, lo que implica la necesidad de contar con información fiable y actualizada para realizar los cálculos con la mayor precisión posible.

En México es de vital importancia que las autoridades encargadas de la administración de justicia estén plenamente conscientes de la existencia y el impacto que los sesgos cognitivos pueden tener en el desarrollo de un debido proceso legal. Con el fin de asegurar la imparcialidad y la equidad en el sistema de justicia es imperativo implementar medidas concretas para minimizar la influencia de estos sesgos. Una de las acciones fundamentales que se deben emprender es la capacitación en materia de sesgos cognitivos, brindando a los operadores jurídicos las herramientas necesarias para identificarlos y contrarrestar su efecto pernicioso.

Por último, se requiere la implementación de procesos y procedimientos que fomenten una consideración equitativa de todas las pruebas y promuevan la objetividad en la toma de decisiones de modo que se garantice un sistema de justicia penal y procesal penal confiable e imparcial.

REFERENCIAS

AGUILAR BELLAMY, Alexandra (coord.), Discriminación, sesgos cognitivos y derechos humanos: Perspectivas y debates transdisciplinarios, México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2022.

ARENAS, Federico José et al. (coord.) Razonamiento jurídico y ciencias cognitivas, Colombia, Centro de investigación en Filosofía y Derecho, Universidad Externado de Colombia, 2021.

CORTADA DE KOHAN, Nuria, Los sesgos cognitivos en la toma de decisiones, Universidad de San Buenaventura, Colombia, 2008.

HERNÁNDEZ JOSAFAT, COVID-19 y sesgos cognitivos ¿qué recomendaciones se pueden hacer desde la economía conductual?, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 2020.

KAHNEMAN, Daniel, Pensar rápido, pensar despacio, trad. de Joaquín Chamorro, España, Mielke Penguin Random House, 2020.


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