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Mujeres policía: si ellas nos protegen, ¿quién las protege a ellas?

Publicado el 8 de junio de 2023

Javier Alexis González Blanquet
Licenciado en antropología social, Escuela Nacional de Antropología e Historia
emailjavier.gonzalez@colmex.mx


El presente artículo tiene la finalidad de conocer las funciones principales de las mujeres que trabajan en la policía preventiva de la Ciudad de México, analizar las controversias de acoso y hostigamiento a las que se enfrentan en su trabajo y mediante estas problemáticas poder realizar una crítica de la misma, cabe señalar que este artículo está basado en los resultados de acoso y hostigamiento laboral de las mujeres policías expuestos en mi tesis de licenciatura “Las guardianas de la sociedad, la participación de la mujer en la policía preventiva de la ciudad de México”.

De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Ciudadana una o un policía “tiene la finalidad de salvaguardar la integridad y patrimonio de las personas, prevenir la comisión de delitos e infracciones a las disposiciones gubernativas y de policía, así como preservar las libertades, el orden y la paz públicos” (Secretaría de Seguridad Ciudadana, 2019). No obstante, las mujeres a lo largo su historia en la policía se han enfrentado a desigualdades laborales y profesionales y a una estructura patriarcal que les ha impedido desarrollarse profesionalmente, así como a un constante acoso y hostigamiento por parte de sus superiores y sus compañeros de trabajo.

En las investigaciones de Arteaga, donde realiza un recuento histórico del trabajo de las mujeres en la policía, muestra que en Francia, 1914, las mujeres se insertan en la policía pero como auxiliares, tomando huellas dactilares y siendo auxiliares en los arrestos para el caso de España en 1936, las mujeres trabajan en la policía como oficinistas y auxiliares de los policías, para Estados Unidos no es hasta 1910 donde se les llama policías a las mujeres y siguen tenido cargos menores como cuidar el orden en espacios públicos y privados (Arteaga, 2000, pp. 74 y 75).

Para el caso de México, Bailón y Arteaga muestra que las mujeres en la policía siguieron con una trayectoria similar a las del resto del mundo, esto a razón de que en 1930 se crean los primeros bandos de policía femenina en México, las cuales se encargan de vigilar las plazas, espacios abiertos y cuidar de los peatones. Estas labores son, de acuerdo con Bailón, asignadas a las policías por las características maternales y de cuidado que se les dan a las mujeres(Bailón, 2020, p. 10, (Arteaga, 2000, p.76).

Desde sus inicios las mujeres en la policía han estado en una condición de desigualdad debido a los estereotipos culturales que se les atribuyen a las mujeres, y aún que han pasado cerca de 93 años desde que las mujeres empiezan a trabajar en la policía mexicana podremos notar que siguen sufriendo injusticias y desigualdades en comparación con sus compañeros masculinos. Podremos ver en las noticias periodísticas como El País en la nota “Asesinada en el norte de México la primera jefa municipal de policía” en 2010, (El País, 2010), o la nota del periódico Forbes: “7 de cada 10 mujeres policías, víctimas de violencia de género: estudio” (Ordaz, 2020), entre otras donde se da cuenta de que las mujeres aún siguen sufriendo injusticias por su pertenencia genérica.

Revisando la historia de las mujeres en la policía y noticias como las anteriores es cuando me surge la duda; ¿y quién cuida de ellas? Para responder esta pregunta retomo los testimonios de las entrevistas a profundidad que realice durante mi tesis de licenciatura, en donde las mujeres policías afirmaban que muchas veces les es difícil demandar a sus compañeros masculinos porque los propios directores no les prestan la atención necesaria a estos asuntos o simplemente porque las veces que llegan a realizar las demandas por falta de respeto, acoso u hostigamiento no proceden o no realizan acciones represivas en contra de los atacantes (González, 2021, pp. 80-85).

En tres, Marina, Sandra y Liliana, a pesar de haber sufrido actos de hostigamiento, ya sea por parte de alguno de sus superiores o por parte de sus compañeros de trabajo, muchas veces fueron ignoradas o los procedimientos eran tan largos que ellas mismas trataban de no realizar la demanda, es decir, a través de experiencias previas personales o de otras compañeras ellas asumen que los casos de hostigamiento o acoso no proceden dentro de la policía, ellas afirmaron que el mayor castigo que recibían los agresores era un cambio de puesto o de lugar de trabajo, pero esto no garantiza que no se los volvieran a encontrar ya que ellas de igual manera se encuentran en un trabajo que es rotativo, por ejemplo, el día de hoy laboran en una determinada zona y el mes próximo podrían trabajar en otra ubicación y este cambio tampoco garantiza que el agresor vuelva a agredirlas a ellas o a otras oficiales (González, 2021, pp. 80-85).

En mi opinión es contradictorio que las mujeres que trabajan salvaguardando la integridad de la ciudadanía se vean expuesta a este tipo de violencia, parece ser que por su pertenencia genérica se encuentran en un estado de vulnerabilidad, lo cual no debería de ser dentro de la policía, ya que esta institución refleja, o debería reflejar, valores, respeto, seguridad y otras características de una buena moral, por lo que me parece de suma importancia poder seguir realizando investigaciones de las condiciones laborales de las mujeres en la policía ya que me parece increíble el hecho de que estas mujeres que son muchas veces las encargadas de atender los actos delictivos de la ciudad y acudir a los hogares de las y los capitalinos en actos de violencia sean ellas las que sufren dentro de su lugar de trabajo con sus compañeros hechos violentos similares a los que se encuentran en las calles de la ciudad. Desde mi punto de vista es necesario incluir a las mujeres en puestos de alta dirección dentro de la policía con la finalidad de crear redes de confianza entre las policías que están en las calles y sus jefes, así como generar un espacio dentro de la dependencia que se encargue exclusivamente de atender las demandas echas por las mujeres policías, también es necesario replantear los castigos dados a los agresores, y es indispensable tomar todas estas acciones para brindar dentro de la policía seguridad para las mujeres que han sido víctimas de actos de acoso u hostigamiento.

REFERENCIAS

Arteaga, N. (2000). “El trabajo de la mujer en la policía”. El cotidiano 17, (74). https://www.redalyc.org/pdf/325/32510107.pdf.

“Asesinada en el norte de México la primera jefa municipal de policía”. (2010). El país. https://elpais.com/internacional/2010/11/30/actualidad/1291071606_850215.html.

Bailón, V. F. (2020). “El Cuerpo de la Policía Femenil: imágenes y representaciones, México,1930”. Secuencia 33 (107), http://secuencia.mora.edu.mx/index.php/Secuencia/article/view/1750/2004.

González B. J. A. (2021). “Las guardianas de la sociedad. La participación de la mujer en la policía preventiva de la Ciudad de México” [tesis de licenciatura, Escuela Nacional de Antropología e Historia].

Ordaz, D. A. (2020). “7 de cada 10 policías, víctimas de violencia de género: estudio”. Forbes México. https://www.forbes.com.mx/7-de-cada-10- mujeres-policias-victimas-de-violencia-de-genero-estudio/.

Secretaría de Seguridad Ciudadana. (2019). Acerca de SSC.Secretaría de Seguridad Ciudadana. https://www.ssc.cdmx.gob.mx/secretaria/acerca-de.


Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero