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Constitución mexicana en tránsito hacia el modelo de constitución normativa de Karl Loewenstein: una crítica de superación del paradigma persona por el de persona humana (primera parte)

Publicado el 31 de julio de 2023

Víctor Hugo Serrano Morales
Licenciado en derecho por la Universidad del Valle de México, Campus Coyoacán
emailmoralesh_990@hotmail.com
Orcid: 0000-0003-2695-9087

I. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo tiene por objeto hacer una crítica al sistema constitucional mexicano, sistema político patriarcal que consciente la desigualdad en el tejido social, escenario fáctico que problematizo desde un enfoque crítico entendido así en términos de Michel Foucault (1926-1984) “sobre la ilustración”, momento en que se pregunta ¿qué es la crítica? (1996, pp. 72 y 73), la cual es una manera de pensar, de decir, de actuar con lo que existe, con lo que sabemos, con lo que hacemos, con la relación con el otro. La crítica no existe mas que en relación con otra cosa distinta de ella misma. Esto hace que la crítica sea una función en relación con lo que constituye la filosofía, la ciencia, la política, la moral, el derecho y la literatura.

Para el caso que nos ocupa la critica fundamentalmente consiste en el análisis del texto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), esto con base a las evidencias que contrastan su marco normativo frente a la realidad social, evidencias cualitativas y cuantitativas que muestran las condiciones de emergencia y los límites que enfrenta el desarrollo de capacidades humanas en el que la estructura de poder de iure y de facto han minado la dignidad humana de las personas humanas históricamente vulnerabilizadas.

Con la data hallada problematizaré el cuerpo normativo de la CPEUM vista como una constitución semántica, hipótesis que plantea su tránsito hacia una constitución normativa, teoría retomada de Karl Loewenstein (1891-1975), de tal suerte que al final se propone una revolución de derechos y de libertades en un Estado de derecho constitucional democrático. Lucha en la que históricamente han venido abonando cada uno de los movimientos sociales contemporáneos, que en mucho han logrado cambios legales y constitucionales, pero aún quedan cosas por hacer, la historia nos recuerda que los cambios no ocurren desde la verticalidad del poder, sino es desde la horizontalidad donde todas, todos y todes enfrentamos las adversidades de siglo XXI. Ergo, actuamos en consecuencia de forma organizada.

Divido mi trabajo en dos partes, en la primera trataré de responder a la cuestión ¿cuál es nuestra genealogía como sujetos de derechos y libertades?, en la segunda parte tataré de responder ¿qué se puede entender por persona humana? Ideal que defenderé en dos tesis:

A. La tesis de incompatibilidad de la figura positivista persona, verdad jurídica que desde su creación Kelseniana no consideró ninguna interseccionalidad del sujeto merecedor de derechos.

B. La tesis de que la figura universal persona humana, verdad fáctica que se empodera del principio de otredad, es la que mejor representa la condición humana del sujeto merecedor de derechos a partir de sus interseccionalidades.

Juicios que me permiten revelar una data que puede sostener una crítica de superación del paradigma persona por el de persona humana. Así, la tesis A nace de la interrogante ¿cuál es nuestra genealogía como sujetos de derechos y libertades?, ¿somos personas humanas diferentes en relación con nuestras interseccionalidades? La tesis B se plantea desde la interrogante ¿qué se puede entender por persona humana? Y de cómo superar las barreras impuestas por la estructura de poder.

Detonantes que trataré de responder a lo largo del presente análisis mediante una crítica al positivismo jurídico, para esto me apoyo en la escuela del realismo jurídico y/o realismo sociológico, el fin último es contrastar los aspectos mecanicistas del positivismo ilustrado donde el otro es un medio y no un fin, esto último en términos kantianos. Antes de continuar aclaro que utilizaré el termino política en sentido amplio, no así como mera actividad de algún grupo de poder específico. Lenguaje político tratado como pensamiento crítico per se no es estático mientras otros actúan, sino dinámico. Pensamiento crítico que me permite interrogarme por las condiciones y los fines de las cosas de nuestra contemporaneidad.

II. JUSTIFICACIÓN A LA CRÍTICA DE SUPERACIÓN DEL PARADIGMA PERSONA POR EL DE PERSONA HUMANA

Lo anterior, situado frente al realismo jurídico o realismo sociológico, como una representación fáctica en la que se desarrolla la vida de la persona humana, tamiz que brinda el marco de significantes y símbolos que dan sentido de pertenencia social y cultural ya que es en la horizontalidad compuesta de valores axiológicos y ontológicos que permiten el desarrollo de todas, todos y todes en una realidad que se amplía cada vez más mediante el enfoque interseccional, es así como incidimos hacia un pleno ejercicio de derechos y de libertades en un Estado de derecho democrático constitucional de siglo XXI.

Esto no podría ocurrir en un Estado mexicano diferente al actual, pues de la historia ahora sabemos que durante los siglos pasados en México no se tenía derecho a la libertad de expresión ni de asociación, escenario en el que no se podía exigir la garantía a los derechos más básicos. Hablar de desigualdades en cualquier circunstancia versaba en que los gobernados, la clase proletaria, los indígenas, campesinos y afromexicanos, no tenían acceso a sus derechos más básicos, verbigracia, la mujer no pudo votar sino hasta 1953, así como grupos poblacionales que no podían ejercer su derecho a la libre manifestación de ideas de forma escrita o de forma oral porque enseguida eran silenciados por el poder hegemónico. El objeto ritual de este fueron las circunstancias oligárquicas de los poderes de hecho y de derecho que cimentaron una estructura de poder en las ideas del derecho exclusivo para un grupo social privilegiado, en fin, en México no se podía criticar a los poderes de iure y de facto. Lo anterior lo advierte Foucault (1992, p. 5) en su libro El orden del discurso:

… en toda sociedad la producción del discurso está a la vez controlada, seleccionada y redistribuida por un cierto número de procedimientos que tienen por función conjurar los poderes y peligros, dominar el acontecimiento aleatorio y esquivar su pesada y temible materialidad.

En una sociedad como la nuestra son bien conocidos los procedimientos de exclusión. El más evidente, y el más familiar también, es lo prohibido. Se sabe que no se tiene derecho a decirlo todo, que no se puede hablar de todo en cualquier circunstancia, que cualquiera, en fin, no puede hablar de cualquier cosa. Tabú del objeto, ritual de la circunstancia, derecho exclusivo o privilegiado del sujeto que habla: he ahí el juego de tres tipos de prohibiciones que se cruzan, se refuerzan o se compensan, formando una compleja malla que no cesa de modificarse.

Ahora conozcamos cuál es la propuesta de sustitución del paradigma imperante personas por el paradigma personas humanas. Esta acción conlleva modificar el cuerpo normativo constitucional. Por un lado se modifica el párrafo primero del artículo 1o. en la porción normativa que versa “personas” por el de “personas humanas”. Asimismo, en la misma porción se añade la frase “derechos fundamentales”. Por otro lado, se crea el párrafo sexto, quedando de la siguiente forma: “[l]a otredad será la categoría de composición diversa conformada por la población distinta culturalmente por sus interseccionalidades, características que no admiten discriminación alguna que menoscabe su dignidad humana”.

Cuadro 1

Artículo 1o., párrafos primero y quinto.
Texto vigente.
Artículo 1o., párrafos primero y quinto, se añade un párrafo sexto.
Propuesta de reforma.
En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece. En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas humanas gozarán de los derechos fundamentales y derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.
Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.
La otredad será la categoría de composición diversa conformada por la población, distinta culturalmente por sus interseccionalidades, características que no admiten discriminación alguna que menoscabe su dignidad humana.

FUENTE. Creación propia.

Para el contraste propuesto a la CPEUM debemos, primero, conocer la teoría de la división ontológica de Karl Loewenstein (1891-1975) de su obra Teoría de la constitución (1965, pp. 216-222), en ella la división elaborada es en atención a la idea de eficacia real del texto constitucional escrito (positivizado), teoría constitucional que es asimilada debido al cambio de la realidad sociopolítica que percibió Loewenstein, así, la distinción ontológica de las constituciones versa en normativa, nominal y semántica.

Figura 1

imagen1-045.png

FUENTE. Creación propia.

La crítica aquí propuesta consiste fundamentalmente en el análisis del texto de la CPEUM, esto con base a las evidencias cualitativas y cuantitativas que se contrastan con su marco normativo vigente frente a la realidad social. Data, muestran las condiciones de emergencia y los límites que enfrenta el desarrollo de capacidades humanas, estado en el que los abusos de los sistemas de poder de iure y de facto han minado la dignidad humana de las personas humanas y de grupos sociales históricamente vulnerabilizados.

III. TESIS A, ¿CUÁL ES NUESTRA GENEALOGÍA COMO SUJETOS DE DERECHOS Y LIBERTADES?

Pensar en nuestra genealogía es adoptar un pensamiento crítico que nos permita cuestionar sobre nuestra naturaleza, así como sobre nuestra condición humana de todo aquello que somos en una realidad en la que todas, todos y todes somos diferentes debido a las diversas interseccionalidades que se entrecruzan una o más de una en una sola persona humana. En una realidad en la que no hay “razas”, sino climas, de esta forma el pensamiento crítico en Foucault se ve subordinado a la filosofía, a las ciencias, en todo lo que hacemos y en la forma en que nos relacionamos con el otro, de tal suerte que somos personas humanas históricamente situadas en una “cultura”.

Para aclarar algunos conceptos como son la “raza” y “cultura” me apoyo del trabajo realizado por el antropólogo José Marín Gonzáles (2003, pp. 2-5, “Las “razas” biogenéticamente, no existen, pero el racismo sí, como ideología”, Revista Diálogo Educacional, Curitiba, v. 4, núm. 9, p.107-113, mayo-agosto 2003). El investigador nos hace saber que el concepto “raza” sirvió al colonialismo portugués y español para denominar y denigrar a “los otros”, “africanos y amerindios, justificando ideológicamente su dominación y exterminio, debido a sus supuestas inferioridades biológicas y culturales”. González nos confirma que toda esta época corresponde al denominado “racismo colonial”. Perversión ideológica, que generó el racismo colonial, que busca justificar la superioridad de unos sobre los “otros”, esto a partir de categorizaciones y jerarquías biológicas y culturales.

En su estudio González se cuestiona sobre ¿qué hacer ante estas aberraciones en las sociedades contemporáneas?, ¿cómo combatir estas reacciones cavernarias, que hacen peligrar la democracia como instrumento clave en la gestión de la sociedad multicultural contemporánea? Así, del estudio de González podemos develar nuestra genealogía empezando por saber que la cultura no se hereda, sino que

La especificidad de la naturaleza humana es precisamente, la de inscribirse en una cultura particular, que no es el producto de algo hereditario y no forma parte, en ningún caso, de un patrimonio genético. Actualmente, nosotros en tanto que especie animal, somos más de 6 mil millones de seres vivientes y habitamos en esta casa común, mal llamada tierra, aun cuando está cubierta mayormente por agua. Cada uno de nosotros, pertenece a la misma especie, y cada uno de nosotros, constituye una sola y única historia genética.

Por todas estas razones, no podemos construir «una raza» ni siquiera en el interior de nuestra propia familia, somos todos diferentes y al mismo tiempo formamos parte de una misma especie biológica.

Ante tal afirmación seguramente algún historiador nos podría decir que nuestra herencia genética trasmitida por nuestros padres biológicos también nos es transmitida una herencia cultural, momento que me permite cuestionar que la paternidad no sólo se adquiere biológicamente, sino también por otras figuras como es la adopción, así la herencia cultural es genética y sociocultural.

Sin lugar a duda el trabajo del antropólogo José Marín Gonzáles abona, profundamente, un saber más sobre nuestra genealogía, sobre nuestra condición humana en la nos aclara que no podemos construir una “raza”, ni siquiera en el interior de nuestra propia familia biológica, pero no debemos inadvertir que el modelo de familia tradicional en este siglo XXI ha mutado, así ahora identificamos a la familia sin hijos, familia biparental con hijos, familia homoparental, familia reconstituida o compuesta, familia monoparental, familia de acogida, familia adoptiva, familia extensa, data que nos permite afirmar que todas, todos y todes somo diferentes y al mismo tiempo que formamos parte de una misma especie biológica (especie humana), en ello compartimos un ancestro común, como lo identifica González en su análisis medular, al recordarnos que “los más de seis mil millones de seres humanos que habitan sobre este planeta, estamos caracterizados por el color de la piel, la talla, los rasgos del rostro y las proporciones del cuerpo y son muy diferentes entre ellos, según sus orígenes”, lo anterior cobra valor cuando afirma que

Los diferentes seres vivientes, que constituyen la especie humana a pesar de las diferentes tonalidades de nuestras pigmentaciones y las diferentes formas y gestos que nos caracterizan comparten un ancestro común: el primer homo sapiens sapiens, que vivió hace 100,000 mil años en algún lugar, entre el África del Este y el Oriente Medio.

Para esta parte de mi trabajo cabe hacer la pregunta de si ¿la hominización ha terminado? Por supuesto que su respuesta debe estar acompañada de una serie de estudios más, pero en González encuentro data de que esto no es así, veamos porqué. El investigador nos dice que los hombres (como especie) a pesar de sus múltiples diferencias físicas (interseccionalidades) terminan por emparentarse por los miles de millones de genes que compartimos en común más allá de todos los prejuicios y estereotipos que culturalmente hemos inventado, veamos porqué

Los colores negro, blanco, amarillo y rojo, utilizados como base para clasificar a los hombres en «razas», no tiene ninguna significación. El color de la piel depende de un pigmento llamado melanina, presente debajo de la epidermis. Las diferentes tonalidades de la piel han sido determinadas en función de la latitud donde los hombres habitan. Aquellos que viven en los trópicos tendrán una piel más bronceada que aquellos, que habitan en latitudes menos expuestas y temperadas, independiente del país en el que vivan, sobre todo en países de grandes extensiones geográficas, como la Federación Rusa, Brasil o China.

Los genes no tienen colores, todos los seres humanos poseemos genes, solo que estos varían a través de las diferentes poblaciones en todo el mundo. Los estudiosos de la genética han descubierto, que las diferentes familias sanguíneas A, B y 0 existen en todo el mundo. En el caso de una transfusión, la sangre de un pigmeo podría salvarle la vida a un sueco y la de su hermano podría matarlo, si no corresponde al mismo tipo de sangre.

Así, el trabajo realizado por las ciencias naturales con sus hallazgos nos clarifica la verdadera explicación de nuestra diversidad humana, esta sentencia científica reside en el corazón de nuestras células, en la molécula de vida del ADN, que es donde se encuentran las informaciones necesarias sobre nuestra identidad genética, de esta forma González nos confirma que el descubrimiento de este pasaporte genético llamado ADN nos permite rechazar toda pretensión por justificar científicamente la existencia de “razas” como fundamento del racismo.

De esta forma queda un poco más claro nuestra genealogía, realidad fáctica en la que todas, todos y todes somos culturalmente diferentes, es en la diversidad cultural y en nuestra cosmovisión donde se encuentra nuestra riqueza como personas humanas, esta condición se empodera siempre que logremos compartir con el otro el respeto absoluto a nuestras particularidades interseccionales, filosofía en la que vemos al otro en otredad (diferencias del otro) donde el otro es parte de lo que se reconoce en uno mismo y se evidencian sus características culturales. Así, la otredad es un concepto epistemológico donde el fin último de lo que no soy yo, lo eres tú y viceversa, es tejer redes poderosas de respeto irrestricto a nuestra dignidad humana donde los otros somos todas, todos y todes.

Develemos más sobre ¿qué es la otredad? Para Elizabeth Sosa (2009, pp. 359-369) en su artículo “La otredad: una visión del pensamiento latinoamericano contemporáneo”, publicado en la Revista Letras Caracas, vol. 51, núm. 80, diciciembre 2009, la otredad es una postura epistemológica

… que explora discursivamente la imagen de las culturas que hicieron su espacio en la periferia u otros espacios culturales intermedios. Establece un saber geocultural, histórico, arqueológico, sociológico y etnológico sobre el otro, una metafísica donde las heterogeneidades y las diferencias se encuentran subsumidas en un lenguaje homogéneo integrados en categorías sustanciales como “pueblo”, “clase” y “nación”.

Así, el discurso crítico del otro en otredad es la composición social diversa, distinta culturalmente. Ergo, el enfoque epistemológico expresado en la explicación de una investigación tiene valores de impacto académico y socio-político, estos toman sentido en la transmisión de los saberes de la realidad fáctica, mostrando así las deficiencias con alguna idea o concepción anterior a esta, dando origen a nuevas ideas filosóficas que hacen posible la superación de paradigmas que ya no son suficientes de comprobarse, así, el trabajo epistemológico nos permite concebir el paradigma que pudiera superar las limitaciones del paradigma a superar, de tal forma que la otredad se convierte en una categoría de análisis

Patricia Sosa, la otredad como categoría de análisis en el entramado cultural latinoamericano, es un producto que permite la visualización del sujeto periférico desde ópticas distintas, reconoce la ampliación del radio conceptual y la generación de nuevos planteamientos, desde una voz que adquiere competencias para resignificarse con un pensamiento antroposocial, que reconoce la existencia de diferentes niveles de la realidad regido por diferentes lógicas.

El pensamiento epistemológico en torno a la otredad propuesto aquí tiene como punto de partida identificar los procedimientos de exclusión en el actual sistema constitucional mexicano en la que propongo saber si ¿los otros somos todas, todos y todes? Si esto es así el impacto sociopolítico del concepto de otredad como categoría de análisis la trataré epistémicamente como una verdad, como una forma de dignidad humana en otredad.

IV. GRUPOS HISTÓRICAMENTE VULNERABILIZADOS

Hecho lo anterior, para saber el impacto de la estructura de poder establecida primero debemos conocer la data cuantitativa de la población total que habita en México para después identificar la data de los grupos históricamente más vulneraliizados, con las aproximaciones halladas al final contrastaré al paradigma persona y develare sus falencias frente al paradigma persona humana.

¿De quiénes hablamos cuando nos referimos a grupos históricamente vulnerabilizados? La razón de ser de este concepto es que ninguna persona humana ni grupo poblacional es vulnerable por naturaleza, sino que son las condiciones y factores de exclusión que surgen dentro de la estructura de poder que hacen que muchas personas humanas y grupos poblacionales queden en desventaja y vivan en situación de vulnerabilidad, bajo ejercicio y disfrute de sus derechos y libertades. Entre estos grupos se ubican mujeres, niñas, niños, personas adultas, indígenas, afromexicanas, personas que viven con una discapacidad, entre otros más. Para el presente trabajo dedicaré este espacio al análisis de los grupos arriba relacionados dado que su número y ubicación ha sido razón de estudio y análisis del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Gráfica 1

Data total de habitantes en el país, 2022, 126, 014, 024.

imagen2-045.png

FUENTE. INEGI CENSO 2020.

Del total de habitantes en México los porcentajes entre mujeres y hombres son:

Tabla 2

Indicador

Porcentaje 2020

Porcentaje de hombres

48.8 %

Porcentaje de hombres

51.2 %

FUENTE. INEGI CENSO 2020.

Data. Estadísticas a propósito del día internacional de la mujer:

• De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, Nueva Edición (ENOEN), durante el cuarto trimestre de 2022 residían en México 67.0 millones de mujeres, lo que representó el 52.0% de la población total.

• La participación de las mujeres en las actividades económicas ha sido estable según los tres últimos censos económicos. En 2008 su ocupación representó el 39.9% del total; en 2013 el 41.1% y en 2018 el 41.3%.

• Durante la pandemia por la COVID-19 el punto más alto de la desocupación femenina se dio en el tercer trimestre de 2020, alcanzó un nivel de 4.8%. Para el cuarto trimestre de 2022 la tasa fue de 3.1%.

Data. Violencia contra las mujeres por entidad federativa:

• Las entidades federativas donde las mujeres de 15 años y más han experimentado mayor violencia a lo largo de su vida son el Estado de México (78.7%), Ciudad de México (76.2%) y Querétaro (75.2%).

• Mientras que los estados con menor prevalencia son Tamaulipas (61.7%), Zacatecas (59.3%) y Chiapas (48.7%).

• Las entidades federativas donde las mujeres de 15 años y más que han experimentado más violencia de octubre 2020 a octubre 2021 son Querétaro (49.8%), Colima (48.2%) y Aguascalientes (48.0%).

• Por su parte, Baja California (37.2%), Tamaulipas (34.2%) y Chiapas (26.9%) son las entidades que presentan las prevalencias más bajas en ese periodo.

• Respecto de 2016 los resultados de 2021 muestran un incremento de 4 puntos porcentuales en la violencia total contra las mujeres a lo largo de la vida.

Data. Violencia en la infancia de la mujer:

• En México casi 4 de cada 10 mujeres de 15 años y más experimentaron algún tipo de violencia (psicológica, física y/o sexual) durante su infancia, esto es, antes de cumplir 15 años. De ellas, 33.9% experimentó violencia física, 21.6% violencia psicológica, 12.6% violencia sexual y 3.4% manifestó que no recuerda.

• En México, 12.6% de las mujeres de 15 años y más experimentaron violencia sexual durante su infancia.

Data. Violencia contra las mujeres por ámbito:

A lo largo de la vida las mujeres experimentan más violencia en el ámbito comunitario (45.6%), seguido de la relación de pareja (39.9%), el ámbito escolar (32.3%) y, finalmente, el ámbito laboral (27.9%). Mientras que en los últimos 12 meses (octubre 2020-octubre 2021) la violencia contra las mujeres se presentó en mayor porcentaje en el ámbito comunitario (22.4%), seguido del ámbito laboral (20.8%), en la relación de pareja (20.7%), escolar (20.2%) y, finalmente, en el ámbito familiar (11.4%).

• A lo largo de la vida de las mujeres de 15 años y más, así como en los últimos 12 meses, la violencia en el ámbito comunitario es la de mayor prevalencia.

Escolar. A nivel nacional a lo largo de la vida escolar de las mujeres de 15 años y más la violencia física es la que más han experimentado (18.3%), mientras que en los últimos 12 meses ha sido la violencia sexual (13.7%).

Laboral. De las 50.5 millones de mujeres de 15 años y más en México, 79.3% ha trabajado alguna vez en su vida, 60.4 % en los últimos cinco años y 50.0%entre octubre de 2020 y octubre de 2021.

• Comunitario. A nivel nacional la violencia sexual en el ámbito comunitario es la más frecuente ya que 42.2% de las mujeres han experimentado este tipo de violencia a lo largo de su vida y 20.2% en el último año.

• Familiar. De octubre de 2020 a octubre de 2021 la violencia que más experimentaron las mujeres en el ámbito familiar en México fue de tipo psicológico (9.2%).

Data. Personas Adultas. Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición (ENOEN) para el segundo trimestre de 2022 se estimó que, en México, del total de habitantes (126,014,024):

• Residían 17.958,707 personas de 60 años y más (adultas mayores). Lo anterior representa 14% en los hombres, este porcentaje es de 13%; en las mujeres de 15%.

• La mayoría de las personas ocupadas de 60 años y más laboran por cuenta propia (49%), le siguen las y los trabajadores subordinados y remunerados (38%); 70% de las personas adultas mayores ocupadas trabaja de manera informal, más de la mitad (56%) tiene entre 60 y 69 años.

• Conforme avanza la edad este porcentaje disminuye: 30% corresponde al rango de 70 a 79 años y 14% a las personas de 80 años y más.

• Según sexo, el porcentaje es ligeramente más alto para los hombres de 60 a 69 y para las mujeres de 80 años y más.

Data. Poblaciones indígenas. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay 11.800,247 personas humanas, lo que equivale a 9.4% del total de habitantes (126.014,024):

• En México existen 23.2 millones de personas de tres años y más que se autoidentifican como indígenas, lo que equivale a 19.4% de la población total de ese rango de edad.

• La población total en hogares indígenas en 2020 fue de 11.800,247 personas, lo que equivale a 9.4% de la población total del país.

• El tamaño promedio de los hogares indígenas fue de 4.1 personas.

• El Censo de Población y Vivienda 2020 identificó que en México había 7.364,645 personas de tres años y más hablantes de lengua indígena, lo que representó 6.1% de la población total del país en ese rango de edad.

Data. Personas con alguna discapacidad. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México hay 6.179,890 personas con algún tipo de discapacidad, lo que representa 4.9% del total de habitantes (126.014,024):

• De ellas 53% son mujeres y 47% son hombres.

• Del total de población en el país 5.7% (7.168,178) tiene discapacidad y/o algún problema o condición mental.

• La actividad con dificultad más reportada entre las personas con discapacidad y/o condición mental es caminar, subir o bajar (41%).

• 19% de las personas con discapacidad y/o algún problema o condición mental de 15 años y más son analfabetas.

• Una persona humana puede tener más de una discapacidad, por ejemplo, los sordomudos tienen una limitación auditiva y otra de lenguaje, o quienes sufren de parálisis cerebral presentan problemas motores y de lenguaje.

Data. Población afromexicana. De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en México del total de habitantes (126.014,024):

• 2% que se autorreconocen como afrodescendiente o afromexicanos son un total de 2.576,213,

• De los cuales 50.4% son mujeres y el 49.6% hombres.

• Se concentran principalmente en seis entidades federativas: 303,923 en Guerrero, 296,264 en el Estado de México, 215,435 en Veracruz de Ignacio de la Llave, 194,474 en Oaxaca, 186,914 en Ciudad de México y 139,676 en Jalisco.

Data. Población LGBTI+. El 28 de junio de 2021 por primera vez el INEGI pone a disposición de la sociedad información sobre la población LGBTI+ en México mediante encuesta nacional sobre diversidad sexual y de género (ENDISEG) 2021.

• En México la población LGBTI+ asciende a cinco millones de personas (5.1% de la población de 15 años y más), lo que significa que una de cada 20 personas se identifica como población LGBTI+.

• La población gay, lesbiana, bisexual o de otra orientación sexual LGBTI+ asciende a 4.6 millones, lo que representa 4.8% de las personas de 15 años y más. La población transgénero, transexual o de otra identidad de género que no coincida con el sexo asignado al nacer es de 909 mil (0.9% de las personas de 15 años y más).

• El Estado de México concentra la mayor cantidad de población LGBTI+ con 490 mil personas, seguido de la Ciudad de México con 311 mil personas y Veracruz con 308 mil personas.

• Colima cuenta con el mayor porcentaje de población LGBTI+, con 8.7%, seguido de Yucatán y Querétaro, con 8.3% y 8.2%, respectivamente. • El 64.9% de la población LGBTI+ se encuentra soltera mientras que 30.6% está unida o casada. El 67.5% de la población que se reconoce como LGBTI+ tiene entre 15 y 29 años de edad y 20.3% está en el rango de 30 a 44 años.

Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero