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Un hombre de sentimientos 1

Publicado el 29 de agosto de 2023


Luis de la Barreda Solórzano

Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM,
email lbarreda@unam.mx


“Tengo ideales, principios. Soy un hombre de sentimientos”, dijo el Presidente al responder a la indignación que había provocado su actitud del día anterior. Lo pusieron tan sentimental las espantosas escenas de Lagos de Moreno que, seguramente para aliviar su propio estado de ánimo y el de la nación conmocionada y asqueada a la que se dirigía, optó por contar un chiste. Mejor un chiste que referirse al espantoso martirio de los jóvenes observable en esas escenas o expresar un par de palabras, al menos un par de palabras, de condolencia a los padres de esos muchachos que han quedado anímicamente enlutados para siempre, no sólo por la muerte de sus hijos, sino por la manera atroz, inhumana, en que se les hizo sufrir.

Un hombre de sentimientos que para no ponerse demasiado sentimental ha preferido no recibir en audiencia a los padres de niños con cáncer y sin medicamentos, a las madres buscadoras de sus hijos desaparecidos, a los Le Barón, cuya familia fue víctima de una masacre en la que fueron asesinados niños y mujeres. Un hombre de sentimientos que correría el riesgo del desánimo si escuchara los relatos y las quejas de esos ciudadanos a los que ha cerrado las puertas del palacio en que habita para no ponerse demasiado sentimental escuchándolos.

Un hombre de sentimientos que arruinó el proyecto de vida de decenas de miles de mujeres al cerrar las estancias infantiles, gracias a las cuales podían salir a trabajar o estudiar, dejando a sus hijos pequeños en lugares seguros donde jugaban con otros niños, se les proporcionaba alimentación saludable y recibían educación temprana. Un hombre de sentimientos que, para no ponerse demasiado sentimental, aseguró, aunque sin mostrar una sola prueba, que en el manejo de las estancias había irregularidades y corrupción.

Un hombre de sentimientos que canceló las escuelas de tiempo completo que beneficiaban a las familias más pobres, porque en ellas muchos niños disfrutaban de su única comida nutritiva del día. Un hombre de sentimientos que, para no ponerse demasiado sentimental, arguyó, asimismo sin mostrar una sola prueba, que en esas escuelas había malos manejos.

Un hombre de sentimientos que negó la gravedad del coronavirus, recomendó combatirlo con estampitas y abrazos, desoyó las recomendaciones de los expertos, relegó de la vacuna a los médicos de clínicas y hospitales privados y mantiene su apoyo al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud cuya actuación ocasionó cerca de 800,000 muertes. Un hombre de sentimientos que, para no ponerse demasiado sentimental, dijo que su gobierno había actuado muy bien ante la pandemia y que las denuncias contra ese servidor público eran producto del odio y el rencor, pues había prestado a la sociedad servicios excepcionales.

Un hombre de sentimientos que promovió la candidatura a gobernador y propuso como embajadores a personajes con varias acusaciones cada uno de delitos de índole sexual. Un hombre de sentimientos que, para no ponerse demasiado sentimental, descalificó a las denunciantes y señaló que sus imputaciones eran parte de la trama para descarrilar su gobierno.

Un hombre de sentimientos que, ante las estadísticas oficiales que indican cifras récord de homicidios y desapariciones en su gobierno, para no ponerse demasiado sentimental, asevera que él tiene otros datos y que los medios exageran la gravedad de la situación.

La psicología enseña que las personas altamente sensibles sienten con mucha más intensidad que los demás e incluso pueden enfermar o sufrir trastornos de ansiedad y depresión. Por eso el Presidente, en lugar de hablar de la cotidiana realidad atroz, prefiere contar chistes a unos gobernados atónitos y espeluznados, y negar esa realidad.

Ante la crueldad con que fueron tratados los muchachos de Lagos de Moreno y que horrorizó al país, no una expresión de duelo, sino un chiste. Escribió Borges: “Cada uno se define para siempre en un solo instante de su vida, un momento en el que un hombre se encuentra para siempre consigo mismo” (La Divina Comedia, en Siete noches, Emecé).


NOTAS:
1 Se reproduce con autorización del autor, publicado en Excelsior, el 24 de agosto de 2023: https://www.excelsior.com.mx/opinion/luis-de-la-barreda-solorzano/un-hombre-de-sentimientos/1604979

Formación electrónica: Yuri López Bustillos, BJV
Incorporación a la plataforma OJS, Revistas del IIJ: Ignacio Trujillo Guerrero