Tercer Congreso Nacional de Formación Jurídica (I)

Publicado el 18 de noviembre de 2010

Jorge Alberto González Galván, Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM

Acaba de celebrarse en la ciudad de Jalapa el Congreso bianual sobre Formación Jurídica Agustín Pérez Carrillo. Mis diez minutos asignados para exponer mi ponencia los utilicé para proponer a los estudiantes de derecho que colmaron la sala anotar las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué me gustó de las exposiciones del Congreso?


  2. ¿Qué no me gustó de las exposiciones del Congreso?


  3. ¿Qué propongo para que las exposiciones del próximo Congreso mejoren?


  4. ¿Qué me gusta de mis clases?


  5. ¿Qué no me gusta de mis clases?


  6. ¿Qué propongo para que mis clases mejoren?

Les pedí enviar sus respuestas a la dirección electrónica de hechos@unam.mx para publicarlas en la revista electrónica Hechos y Derechos, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (en www.juridicas.unam.mx). Después expuse mis respuestas a las preguntas propuestas.

  1. Lo que me gustó de las exposiciones del Congreso fue que participaron estudiantes, como Carmen Rivera de Hidalgo, quien propuso la creación de un organismo de acreditación y certificación de los profesores de las universidades. O sea, una especie de Ceneval para profesores. Me parece que la propuesta debe considerar la creación también de un organismo que forme a los formadores, ya que a falta de ello los profesores de educación media superior y de las universidades ejercemos un oficio sin licencia pedagógica, es decir, somos profesores piratas. Cumplidos la formación y la acreditación en los organismos correspondientes, se deberá profesionalizar la enseñanza en dichos niveles contratándolos de tiempo completo, sean instituciones públicas o privadas.


  2. Lo que no me gustó de las exposiciones fue que no hubo la posibilidad de hacer preguntas a los ponentes, perdiéndose la oportunidad de retroalimentar los trabajos y aclarar dudas. Aunque la posibilidad de entablar dicho diálogo está abierta a través de Internet.


  3. Propongo para el próximo Congreso que haya más participación de alumnos y que haya periodos de preguntas y respuestas al final de las exposiciones.


  4. Lo que me gusta de mis clases es que el alumno se sienta cómodo, relajado, motivado, participativo.
  5. Lo que no me gusta de mis clases es que a veces soy muy rígido, inflexible, estricto, en las actividades que propongo y en la evaluación de los trabajos. Tengo fama de barco, pero como ven quisiera serlo más.


  6. Propongo para que mis clases mejoren realizar actividades que estén relacionadas con el arte, deporte y gastronomía, como dibujar, pintar, esculpir, cantar, danzar, actuar, declamar, cocinar, hacer poemas, cuentos, novelas, tai chi, yoga. Es decir, practicar y desarrollar la inteligencia emocional.

También me gustaría cuando los alumnos quieran saber algo que yo no sé invitar a los que saben y sean profesores de otras materias de derecho, de las ciencias sociales o naturales. Es decir, practicar y desarrollar la inteligencia interdisciplinaria. Y por último incorporar actividades fuera del salón de clases como visitas a las comunidades indígenas para aprender de sus sistemas jurídicos: qué autoridades tienen, cómo las eligen, cómo aplican las normas. Es decir, practicar y desarrollar la inteligencia intercultural.

Una sociedad democrática, o que aspira a serlo, es por definición dinámica. Por ello, la construcción de un Estado de derecho democrático necesita de profesionales que sean el producto de una formación dinámica donde aprenden a ser actores y no mero espectadores de lo que piensan y sienten. El salón de clases debe ser el taller, el laboratorio, donde profesores y alumnos se ponen al servicio de su propia creatividad a través de un diálogo donde el respeto, la tolerancia y la confianza sean absolutas y donde se cumplen absolutamente los acuerdos. Si esta democracia interpersonal, interdisciplinaria e intercultural se practica en nuestra clase, aspiraremos a que la democracia económica, cultural, social y política, se practique en nuestra sociedad.