Tercer llamada, tercera…
(sobre los consejeros del IFE y la reforma político-electoral pendiente)
Publicado el 26 de abril de 2011 Imer B. Flores, Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM |
Instar a la urgente designación de los tres consejeros electorales del IFE y a la también urgente aprobación de la reforma político electoral son dos de los temas de la agenda nacional pendiente en el cortísimo plazo. Así, considero que el mensaje del pasado lunes fue muy atinado en especial en cuanto al fondo, aunque hay quienes no les haya gustado la forma.
Al respecto, sobre la urgencia habría que recordar, de un lado, que el nombramiento de los consejeros del IFE está pendiente desde el 1o. de noviembre del año pasado y ya llevamos casi cinco meses con un órgano descabezado al menos en una tercera parte, y, del otro, que por la naturaleza de los principios del derecho electoral, incluidos los de certeza y seguridad jurídica, equidad y legalidad, las reformas en la materia deben realizarse y entrar en vigor 90 días antes del inicio formal del proceso electoral, mismo que iniciará con la primera sesión del Consejo Electoral del IFE de octubre del presente año, lo cual establece finales de junio o principios de julio como límite para que estas reformas entren en vigor.
Lo anterior es especialmente relevante no sólo porque a nadie le conviene que el responsable de organizar las elecciones esté a dos tercios de gas cuando necesita el tanque completo para las elecciones de 2012, mismas que se antojan complicadas, si no es que complicadísimas, sino también porque la reforma político electoral para ser verdaderamente tal y no un mero ajuste legal requiere de algunos cambios mayores por la vía de las reformas a la Constitución y éstas deben ser aprobadas por mayoría calificada de dos tercera partes en ambas cámaras del Congreso de la Unión y una mayoría simple de las legislaturas de los estados, lo cual llevará su tiempo. En consecuencia, urge que sean aprobadas lo antes posible en este periodo ordinario de sesiones.
Respecto a la designación de los consejeros electorales, cabe recordar que cada vez que ha sido necesario designar, a partir de 2003, a los mismos su nombramiento se ha vuelto bastante problemático, ya sea al designarlos sin un amplio consenso de todos los partidos sino con uno parcial con algunos de ellos, o al nombrarlos sin importar las calificaciones obtenidas en las entrevistas y exámenes por cuotas partidistas.
Ahora bien, a finales de 2010 se deberían haber designado tres consejeros electorales, pero los partidos políticos no se pusieron de acuerdo.
Como alternativa para su designación se me ocurre que toda vez que los 17 aspirantes acreditaron a través de las entrevistas y exámenes conocimientos sobre la materia, entonces reúnen el perfil, se debería solicitar a cada uno de los partidos políticos con representación en la Cámara de Diputados que postulen en un sobre cerrado al doble de aspirantes que lugares a nombrar o algún otro número a partir de la proporción que representan en dicha Cámara, digamos que 1 por cada 10 puntos porcentuales o resto mayor para postular hasta un máximo de 10 candidatos. De forma tal que aquéllos en quienes los partidos políticos coincidan serán nombrados conforme al mayor grado de coincidencia que reflejen. Ahora bien, en caso de que haya coincidencia en un número mayor a los lugares a asignar se decidirá conforme a la suerte entre los que estén empatados hasta nombrar a los tres consejeros faltantes, y en el caso de que no hubiera ninguna coincidencia se decidirá conforme a la suerte entre todos los postulados.
Resulta que con este criterio se garantiza que los designados no sólo reúnan el perfil sino también que sean más o menos independientes respecto a los partidos políticos y a sus cuotas, la principal razón del por qué estamos entrampados, y con ello además de poder actuar con mayor imparcialidad sean considerados como consejeros ciudadanos más que consejeros partidistas.
Tercera llamada, tercera…