Los derechos en el “Amour”

Publicado el 12 de febrero de 2013

Jorge Alberto González Galván, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM

En los hechos que narra la película “Amour” observo los siguientes derechos: el derecho a un trato digno en los hospitales públicos y privados, y el derecho a vivir dignamente los últimos días de nuestra vida.

Ella le pide a su esposo prometerle que no la internará en un hospital. No queda claro si se trata de un capricho, la hipótesis implícita es que se quiere evitar la frialdad y sobre todo el maltrato que ahí se da a los pacientes. Esto coincide ahora con el “escándalo sanitario” descubierto en Inglaterra, en el sentido de que se presume que entre 2005 y 2008 murieron entre 400 y 1,200 personas por negligencias médicas: “El escándalo mayúsculo, que saltó a la palestra en 2009, ha sido objeto desde entonces de cinco investigaciones que se saldaron con una crítica a los patéticos estándares hospitalarios, el abandono voluntario de algunos de sus gestores y ninguna sanción expresa. Y ello a pesar del tremendo relato de los horrores de cómo las recepcionistas determinaban quién era o no aceptado para su ingreso, de la falta de formación de las enfermeras para usar los equipos o la inexperiencia de algunos médicos a los que se encomendaron pacientes en estados críticos. Tanta era la dejadez, que a veces la bandeja con el almuerzo o la cena era depositada fuera del alcance del paciente que yacía en la cama.” (Patricia Tubella, corresponsal de El País en Londres: “Cameron pide perdón por el mayor escándalo sanitario en Reino Unido”, publicado el 7 de febrero de 2013, página 28).

En la película se explicita, por otra parte, el maltrato de los servicios de atención médica que se contratan a domicilio. Todo esto aunado a la falta de apoyo y comprensión de la hija única (quien vive un proceso de recomposición conyugal), hace que el esposo de la enferma tome una medida extrema (que no contaré aquí, para que vayas a verla).

En México ¿cómo se trata a los pacientes en los servicios públicos de salud? Saquen sus propias conclusiones si tomamos en cuenta que el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos acaba de informar que entre las diez instituciones con más quejas en 2012 se encuentran el ISSSTE y el IMSS.

En cuanto al derecho a vivir de manera digna los últimos días de nuestra vida, se entiende que se refiere cuando los tratamientos médicos, por lo avanzado de la enfermedad son, creo se dice, “paliativos”, y en consecuencia se puede presentar la opción que con los estudios médicos y la voluntad del paciente se acceda a poner fin a los sufrimientos causados por una enfermedad incurable. En ningún momento de la película se habla explícitamente del tema de la eutanasia, sin embargo, me parece, está implícito.

Si un principio ético de la medicina es curar las enfermedades, es decir, evitar el sufrimiento que ellas causan, me parece plenamente justificado que es mi derecho humano dejar de vivir cuando una enfermedad me cause un sufrimiento que la certificación médica acredite como incurable. Dicho sea de paso, así evitaría también los sufrimientos de las personas de mi entorno familiar. Sé que es un tema polémico, nadie dice que la vida sea fácil, como tampoco lo es la muerte.

Todas las personas en la Ciudad de México tenemos la posibilidad de ejercer dicho derecho de manera voluntaria “respecto a la negativa a someterse a medios, tratamientos y/o procedimientos médicos que pretendan prolongar de manera innecesaria su vida, protegiendo en todo momento la dignidad de la persona, cuando por razones médicas, fortuitas o de fuerza mayor, sea imposible mantener su vida de manera natural.”: artículo 1, de la “Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal”, publicada en su Gaceta Oficial, el 7 de febrero de 2008.