El impacto de la tecnología: Internet

Publicado el 27 de mayo 2013

Armando Juárez Bribiesca
Licenciado en Derecho, UNAM
@Armyn_Bribiesca
agbribiesca@hotmail.com

“El que opta por ser “crítico” debe comportarse frente a la distinción de modo afirmativo.
El que opta por el modo afirmativo, debe aceptar una distinción que permite el situarse ante ella críticamente”

Niklas Luhmann

Quienes se enfrentan por primera vez al reto de trabajar en una computadora, temen que un solo error arruine todo su trabajo y en el peor de los casos que la computadora se descomponga o que se pierda todo lo almacenado en ella. Por lo que debemos mencionar que en la actualidad, casi todos los programas cuentan con comandos que posibilitan aprobar, anular, guardar o respaldar algo rápidamente.

Por un lado, las nuevas tecnologías representan primeramente, un escaparate de oportunidades, que correctamente discriminadas permiten obtener información en muy poco tiempo y a un bajo costo, por el otro, su denominación es simplemente otro sinónimo para la palabra herramienta. Debemos destacar que la tecnología, no solo es lo que conduce el progreso humano, en realidad se diseñan para permitirnos plasmar los ideales que llevamos en la mente.

En éste sentido, las herramientas de cómputo (hardware y software) son mediadores simbólicos que amplían el intelecto, más que la inteligencia de quienes las usan, se refleja su efecto sobre la sociedad y el sistema legal, no sólo en el procesamiento de datos sino en la verdadera toma de decisiones.

Para cualquiera de nosotros, es posible darnos cuenta de que vivimos inmersos en una realidad sujeta a una constante adaptación a esos avances tecnológicos que forman parte de nuestra vida diaria, incluso si reflexionamos un poco más, nos daremos cuenta que internet es ahora una herramienta indispensable, su impacto es de tal magnitud, que incluso en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información celebrada en Túnez en 2005, se formalizó la petición a la Asamblea General de las Naciones Unidas para que el 17 de mayo fuera declarado como el Día Mundial de Internet.

´En este contexto, las redes sociales son instrumentos que permiten el intercambio dinámico de información y conforman un amplio espectro de posibilidades de comunicación con personas de cualquier parte del mundo, para acceder a periódicos, bibliotecas, vídeos, conversaciones, radio, eventos transmitidos en vivo vía online, etc.

Si consideramos el impacto de los medios de comunicación y de las redes sociales, nos habremos de percatar que en conjunto nos permiten integrarnos a una dinámica muy intensa en el intercambio y generación de la información, por lo que se nos presenta un espectro muy amplio en el que cada persona debe discriminar el tema que le interesa.

Aunado a lo anterior, cada vez es más notorio identificar que la urgencia por apoderarse de la exclusiva, genera una excesiva premura que afecta el proceso de edición y generación de la información u opinión, olvidando los presupuestos mínimos que se deben considerar para aumentar la objetividad y la calidad.

La sociedad en su conjunto, debe ser consiente que no sólo se trata de identificar la noticia más novedosa o la más actual, sólo por el hecho de que le permite estar siempre integrada en las tendencias (Retuits, trending topic, hashtags, like, etc.), ello implica que posiblemente pueda adoptar una posición muy simplista que al final no le permita distinguir entre una opinión objetiva o información de calidad y veraz.

Por lo que considero que debemos preguntarnos si realmente en nuestra democracia estamos orientados más por la cantidad (tendencia) o por la calidad (veracidad y objetividad), o bien si realmente somos indiferentes a todo esto y seguimos fielmente las tendencias, como si estuviésemos cómodamente esperando la mejor oferta en un mercado de noticias que incluso determina el tema del momento.

Y no es cualquier mercado, ya que puede estar muy lejos de generar información objetiva y veraz, e incluso puede someternos a la propaganda disfrazada de información u opinión, lo que en el fondo no es más que una línea de pensamiento dogmático considerado como verdadero.

Sobra decir que es muy peligroso, el que todo pensar se autodenomine verdadero y que se aleje de un grado mínimo de veracidad u objetividad, que incluso presuponga que no necesita ser sometido aún proceso editorial que con pulcritud le permita al ciudadano adoptar una posición respecto a un determinado tema o hecho. Por lo que me genera las siguientes preguntas: ¿Realmente contamos con información objetiva y de calidad? ¿O se nos presenta a diario propaganda disfrazada de información? Y es más que obvio, que al buscar respuestas, difícilmente se pueda pasar desapercibida toda la información que se genera ante la indiferencia y la paupérrima exigencia social.

Pero afortunadamente, la tecnología incide de manera positiva en la realidad, al cambiar profundamente el proceso de interacción ya que cuando nos encontramos en medio del torbellino de las redes sociales las personas directamente se manifiestan y opinan sobre los hechos públicos y lo que los medios de comunicación publican; y con base en ello manifiestan su punto de vista, tomando como base lo que creen valioso o excelente desde su criterio y acorde con sus valores.

Pero me queda claro que ni en la realidad, ni en las redes sociales se esta ajeno de la distorsión, incluso del pensamiento vulgar (vituperio), por lo que en esencia, el ámbito virtual está sometido a una tempestad del desarrollo tecnológico, que en mayor o menor medida influye en nosotros a nivel social e individual; en sus logros, en sus posibilidades y tendencias. Que se identifican con la construcción de la especie humana de prótesis que prolongan y diversifican sus sentidos, su memoria y sus capacidades intelectuales.

Y el aspecto negativo de los avances tecnológicos se materializa en que han dado la pauta a la creación de nuevas modalidades delictivas (denigrar, vulnerar la intimidad de una persona, suplantar la identidad en una red social, fraude, calumnias, amenazas, etc.).

Es claro que el uso doloso de las herramientas tecnologías, genera la creación de nuevas hipótesis delictivas y la manera de cometer esos nuevos ilícitos, modifica las formas, los tiempos, los medios para realizar, investigar y sancionar dichas conductas delictivas.

Lo que justifica la necesidad de crear leyes e instituciones orientadas en la seguridad y protección cibernética en nuestra sociedad, es claro que la necesidad de una regulación jurídica concreta e innovadora y la forma de materializarla con eficacia, amplifica la posibilidad de que se impida que pueda usarse la tecnología en detrimento de las personas y sus valores.

Lo anterior nos actualiza una nueva rama del Derecho (informático), ya que no basta sólo con programas orientados en evitar intromisiones en la privacidad, sino en proteger afectivamente los derechos en la red, que pueden leerse incluso como inherentes a la personalidad virtual, para no sufrir afectaciones en la intimidad, en la identidad, en la personalidad, ideología, imagen, patrimonio, dignidad, etc.

Siguiendo estas ideas, habremos de recordar que cuando nacía la era de la informática y las computadoras, Norbert Wiener advirtió la aplicación de las nuevas tecnologías a la actividad jurídica, idea que fue retomada en 1949 por el jurista estadounidense Lee Loevinger. Pretendiendo denominar a la nueva ciencia jurimetría, que según este último autor, era racionalizar el derecho a través de la aplicación de la metodología simbólica. No obstante quien formalizó la ciencia de jurimetría como disciplina catorce años después, fue su compatriota, Hans W. Boade, en 1968 Mario G. Lozano, buscando ordenar la metodología y conceptualmente las propuestas de sus antecesores, propuso cambiar el término de jurimetría, por el de iuscibernética, haciéndola comprendedora de dos ramas fundamentales: la modelística jurídica y la informática jurídica

Dichas advertencias pueden considerarse rústicas, pero al día de hoy son una realidad, comprendidas en la necesidad de legislar para proteger los Derechos de los usuarios de la red. Ya que la realización de los delitos cometidos en la red, en perjuicio de cualquier persona física o moral es tan amplia que incluso puede ser cuantificable en dinero o en afectaciones a la dignidad.

Por último, debo concluir comentándoles que la brevedad con la que se aborda el problema, sólo nos da una somera idea de la complejidad y los problemas inherentes en la regulación del ámbito tecnológico. Pero, sin importar la evolución e innovación, no debemos olvidar que la tecnología es un magnífico mobiliario para el piso superior de toda persona, siempre y cuando su sentido común esté en la planta baja.

Véase:

América latina poco preparada ante cibercrimen, alerta estudio de la OEA: www.elnuevoherald.com/2013/05/03/1468547/america-latina-poco-preparada.html

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