Transparencia: regresión en puerta*
Publicado el 30 de agosto de 2013 Ernesto Villanueva Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM @evillanuevamx Evillanueva99@yahoo.com www.ernestovillanueva.blogspot.com |
La pospuesta reforma constitucional en materia de transparencia, que fue aprobada en el Senado y detenida en la Cámara de Diputados, será discutida este mes en el periodo extraordinario de sesiones que se celebrará del 21 y al 23. No es, por desgracia, una noticia grata para el país. Veamos por qué.
Primero. Es evidente que no todo cambio constitucional o legal es positivo; antes bien, puede ser al contrario. El derecho de acceso a la información y a la protección de datos personales lleva ya 10 años en el país con un ejercicio acotado por una ausencia de cultura social y por limitaciones interpretativas de buena parte de los órganos garantes que pasaron a convertirse en una nueva fuente de empleo público para hacer carrera política y reproducir la política del “sí señor”. Este hecho puso en un predicamento la viabilidad de que el derecho a saber sea una realidad. Decía con razón Martín Luis Guzmán en su clásica obra “La sombra del caudillo”: “nadie va contra su propio interés” y esta máxima no ha sido excepción en gran parte de quienes integran los órganos garantes de transparencia. Peor aún, el cumplimiento de la ley y sus principios constitucionales de apertura han demostrado en estos años un efecto paradójico: es el camino seguro al despeñadero laboral. Por el contrario, la apuesta a la simulación, paga y bien. Se deja así posicionado el mensaje de la transparencia sin transparencia. Hoy, el desdibujamiento por diversas causas del “Grupo Oaxaca” ( que promovió que la ley federal de transparencia fuera lo mejor de lo que fue posible en su circunstancia), la institucionalización y/o la falta de incidencia efectiva de buena parte de las organizaciones sociales, la presencia testimonial de los centros de investigación públicos y privados más ocupados en no salirse de su zonas de confort que preocupados por el interés del país ha generado un caldo de cultivo propicio para que en las próximas semanas asistamos a un salto hacia el pasado.
Segundo. En efecto, los temas que hoy gravitan entre las fracciones parlamentarias son los siguientes: a) Se quedan o se van los comisionad@s actuales. El PRI se pronuncia porque se vayan todos. El PAN reivindica la postura exactamente contraria. Y el PRD, dividido busca encontrar la cuadratura al círculo para romper esta tensión parlamentaria; b) Ampliar los sujetos obligados a efecto de que los partidos políticos y los sindicatos deban informar a la sociedad directamente sin intermediarios como hoy sucede con los partidos que se hace vía el Instituto Federal Electoral. El PRI hace todo lo posible para que las cosas se queden como están y queden fuera del escrutinio público partidos y sindicatos. PAN se decanta porque los sindicatos informen y los partidos parcialmente, al igual que el PRD.; c) Inatacabilidad de las resoluciones del IFAI para los sujetos obligados. Hoy una gran conquista de la ley federal es que las resoluciones del IFAI no pueden ser impugnadas por la vía judicial por las autoridades federales, pero deja a salvo esta posibilidad para los gobernados. El PRI propone eliminar esta figura legal. El PAN, al menos la mayoría de sus integrantes, sostiene que el principio debe mantenerse intocado. El PRD no tiene postura única y está atento a ver cómo salir del paso sin mancharse la cara, si eso fuera posible.
Tercero. Este desencuentro partidista ha dejado de lado otras cuestiones igual o más importantes que las anteriores donde no hay disenso o escapan del radar legislativo. Los temas que deben discutirse, al menos, son los siguientes: 1.- El IFAI no puede ser un tribunal de alzada que atraiga los casos de las resoluciones de los órganos garantes locales, sino impugnarse por los particulares ante la justicia federal. Debe mantenerse el sistema actual por dos razones: a) Porque el cambio va a prolongar el proceso de acceso a la información pública generando un largo camino que va a desincentivar a los de por sí poquísimos usuarios y b) Porque en estos 12 años de gobiernos del PAN las entidades federativas pudieron operar con una libertad que no habían conocido antes del 2000. Eso ha hecho que en algunas entidades del país haya grandes avances a nivel constitucional, con un piso mínimo general gracias a la reforma del artículo 6º constitucional del 2007. Echar por la borda lo ganado sería una grave irresponsabilidad centralista; 2.- El IFAI como órgano materialmente jurisdiccional debe sujetarse sólo a la Constitución y a la ley y no a un conspicuo consejo consultivo ciudadano que ahora proponen los partidos. ¿Se imagina alguien al Procurador General de la República teniendo que cabildear con los “ciudadanos” si abre o no una averiguación previa?¿O a la comunidad litigante no sólo argumentando conforme a derecho sino convertida también en órgano político para “convencer” a los “ciudadanos” para que incidan en las resoluciones judiciales? Eso sería darle el tiro de gracia al principio de legalidad que caracteriza a todo Estado democrático de derecho; 3.-Hoy diversas dependencias y entidades federales con bases de datos de los gobernados que tienen firmados convenios de colaboración con el SAT, con la PGR etc. para utilizar esos datos para localización de morosos o presuntos responsables. ¿Y la protección de datos personales? Bien gracias. Esto debe cambiar para que, por ejemplo, el caso de las “licencias intrusivas” de Sinaloa no exista más. Hay que tener gobiernos transparentes y ciudadanos opacos y no al revés como empieza a suceder; y 4. Conflicto de interés y declaración de intereses. Este tema puesto en la mesa por vez primera por Juan Pablo Guerrero Amparán hace varios años cobra una vigencia cada vez mayor. Hoy sucede, con no poca frecuencia y sólo por poner un ejemplo, que integrantes de órganos garantes de transparencia tienen incrustados a amigos, familiares y amigos en los sujetos obligados a cambio de protección como si de la mafia se tratase. Hoy se ha perdido la brújula de lo que es importante. Hay que encontrarla.
NOTAS:
* Se reproduce con autorización del autor, publicado en Proceso, el 17 de agosto de 2013