El año que no esperábamos*

Publicado el 13 de enero de 2014

Miguel Carbonell
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM
@miguelcarbonell
www.miguelcarbonell.com

Si en enero de 2013 nos hubieran preguntado por el pronóstico de lo que nos iba a suceder en los próximos 12 meses, estoy seguro que la mayoría de nosotros no le hubiera atinada ni al 1% de lo que vimos a lo largo del año.

Pocos, muy pocos, se hubieran aventurado a pensar en que Elba Esther Gordillo iba a pasar su primera Navidad tras las rejas, acusada de un multimillonario desvío de recursos y de fraude fiscal.

Pocos hubieran anticipado un año de tantas protestas sociales. Los movimientos en contra de la reforma educativa paralizaron calles y avenidas del DF y de otras ciudades del país. Cientos de miles de niños resultaron los más perjudicados, sobre todo en entidades federativas que ya de por sí tienen resultados educativos desastrosos, como Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Chiapas. Para cerrar el año asistimos al espectáculo del #posmesalto para protestar contra el aumento de dos pesos al boleto del metro de la Ciudad de México.

También pudimos atestiguar la aprobación de reformas que hace unos años o inclusos unos meses eran del todo improbables, pero no por ello menos necesarias. El Congreso de la Unión logró los consensos necesarios para sacar una ambiciosa agendas de reformas que incluyeron modificaciones en materia educativa, de telecomunicaciones, competencia económica, de procedimiento penal, político-electoral, financiera, fiscal y –la que tendrá un mayor impacto, desde mi punto de vista- energética. Los efectos de dichas reformas los veremos en los próximos años y en buena medida dependerán de las leyes que se vayan dictado en los meses que vienen. Muchas de esas reformas podrían quedar simplemente como buenos deseos si los legisladores no les dan el seguimiento que se requiere.

El gobierno tuvo la habilidad de negociar las reformas tanto con el PRD (la fiscal, por ejemplo), como con el PAN (la energética). Con el Pacto por México o sin él, lo cierto es que las reformas se hicieron. Habrá que ver los resultados que darán.

En el plano internacional las sorpresas no fueron menores. La renuncia del papa Benedicto XVI es algo que nadie hubiera imaginado. Como tampoco era fácil de predecir que el 2013 terminaría con un papa argentino sentado en el trono de Pedro.

Otro elemento sorpresivo (aunque quizá no tanto) fue la muerte de Hugo Chávez y la continuación caricaturesca del régimen autoritario venezolano, dirigido ahora por un tipo sin carisma ni talento, pero con ideales totalitarios como lo es Nicolás Maduro.

Barack Obama inició en enero su segundo periodo de gobierno, pero tropezó a lo largo del año con lo que menos hubiera podido imaginar: el pésimo funcionamiento de la página web de su reforma en materia de salud lo puso contra las cuerdas y lo exhibió como un buen orador, pero sin capacidad de atender los detalles que hacen que un gobierno sea no solamente elocuente sino sobre todo efectivo. Fue muy curioso ver al Presidente de EUA pidiendo disculpas en público por el mal funcionamiento de una página web. Nadie lo hubiera imaginado hace unos años.

Uruguay fue elegido por la revista The Economist como el país del año por su decisión de legalizar la marihuana y por el estilo directo y austero del Presidente José Mújica, algo de lo que muchos presidentes podrían aprender bastante.

Los resultados de la prueba PISA sobre el desarrollo educativo de los jóvenes de 15 años en más de 60 países volvió a poner en evidencia que el mundo se está moviendo hacia Asia. Los mejores resultados provinieron de países asiáticos. América Latina siguió demostrando la enorme mediocridad de su educación y pudimos saber que a México le tomará más de 150 años alcanzar a los países más desarrollados en materia de ciencia.

Por si lo anterior fuera poco, Transparencia Internacional sigue ubicando a México (con justificada razón), entre los países más corruptos del mundo. Nada se ha avanzando en ese terreno en los últimos 20 años, sino incluso todo lo contrario: vamos como los cangrejos, pues el nivel de corrupción que aflige a nuestra vida pública parece estar aumentando.

Otra sorpresa provino de los papeles dados a conocer por Edward Snowden, por medio de los cuales supimos que EUA espía a amigos y enemigos por igual, incluyendo al Presidente Enrique Peña Nieto cuando era candidato presidencial, a Dilma Roussef e incluso a la todopoderosa Ángela Merkel.

La nota triste provino de Galicia, lugar en el que un accidente de tren dejó en el mes de julio 79 muertos y 143 heridos. Entre las personas fallecidas se encontraba una estudiante mexicana.

Termina el año 2013, el año que no esperábamos ver tan lleno de sorpresas, de vaivenes, de buenas y malas noticias.

Llegará en unos días el 2014, ofreciéndonos a todos una renovada oportunidad para realizar nuestros propósitos. Ojalá la sepamos aprovechar debidamente.

NOTAS:
* Se reproduce con autorización del autor, publicado en El Universal, el 26 de diciembre de 2013