Competencias educativas, ¿para qué?

Publicado el 19 de marzo de 2014

Jorge Alberto González Galván
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM
jagg@unam.mx

Los estudiantes deben ahora aprender los conocimientos para saber actuar éticamente y saber hacer técnicamente. Me parece revolucionario que lo que tiene que aprender ya no lo tengan que hacer en “la Universidad de la Vida”, sino durante sus estudios. La educación institucional (re)adquiere así su responsabilidad de formar no sólo para aprobar exámenes, sino para formar para la vida (antiguo mantra resucitado).

Me parece revolucionario, decía, siempre y cuando dicha formación en competencias no sólo sea para la vida laboral ni únicamente para incorporarse al mercado de trabajo como empleados. La formación por competencias debe ser también para la vida sentimental, familiar, vecinal, escolar y social, y en lo laboral como empleador.

Competencias éticas y empresariales deben ser las herramientas del profesionista responsable y eficiente del siglo XXI. Las herramientas éticas (conductuales, actitudinales, de comportamientos) están relacionadas con la educación emocional. Las herramientas empresariales (técnicas, prácticas, utilitarias) están relacionadas con la educación intelectual.

Con la información que la neurociencia nos proporciona sabemos ahora que la inteligencia humana es “múltiple”, diría Howard Gardner: cien millones de neuronas se distribuyen en todo el cuerpo y sólo 25% están en los dos hemisferios cerebrales (el intelectual y el emocional). Por ello, pensamos con todo el cuerpo, no sólo con la cabeza. La educación tiene que educar no sólo la neurona intelectual, sino también la neurona emocional y la neurona física, para que seamos inteligentes en todos los sentidos (literal).

Las competencias intelectuales, que son las que la educación nos ha formado principalmente (o deformado, como se quiera ver), ha utilizado las herramientas de la imitación, copia, descripción, solamente. Me parece que deben ser ahora herramientas de investigación y no de repetición: identificar problemas, plantearlos, analizar causas, proponer soluciones y resolverlos.

Las competencias emocionales, que nadie nos ha enseñado, por eso de nada nos sirven los títulos académicos si todos somos analfabetas emocionales. La pandemia de la violencia intrafamiliar por ello no respeta clases sociales. Las herramientas emocionales están relacionadas con el autocontrol y desarrollo de la atención permanente a través de la meditación o concentración con base en la conciencia de nuestra respiración. El gran jurista Kalimán decía que quien domina la mente, lo domina todo. Para los mortales, me parece, es suficiente, práctico, sencillo y barato, dominar nuestra respiración.

“Mente sana, en cuerpo sano”, otro mantra resucitado, ahora reactualizado: Mente inteligente, en cuerpo inteligente. Esta es la Educación que viene, ¿quién se sube?.