Facetas culturales de José Bernardo Couto

Publicado el 9 de abril de 2014

Adriana Berrueco García
Investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM
adriana_berrueco@yahoo.com.mx

La intensa y  trascendente labor de José Bernardo Couto (1803-1862) en el mundo jurídico y político de México del siglo XIX ha hecho olvidar el conjunto de acciones benéficas realizadas por el jurista para el desarrollo del arte en nuestro país. Antes de mencionar aspectos de esta faceta de Couto procuraré referirme a su participación en sucesos político-jurídicos que le dieron notoriedad y lo hicieron ocupar un lugar destacado en la historia del Estado mexicano. José Bernardo Couto efectuó sus estudios de abogado (Humanidades y Jurisprudencia) en el Colegio de San Ildefonso, donde fue alumno de don José María Luis Mora, con quien inició su trayectoria profesional como pasante en el despacho jurídico del “padre del liberalismo mexicano”, en 1827 concluyó su formación profesional, obtuvo el título respectivo y ocupó la cátedra de Derecho Público. En 1848 José Bernardo Couto ocupó el cargo que le daría celebridad en nuestra historia, me refiero al de ser parte del triunvirato negociador del Tratado de Guadalupe Hidalgo firmado por México con Estados Unidos de Norteamérica para poner fin a la invasión a nuestro país perpetrada desde 1846, se recordará siempre que por este Tratado sufrimos la merma de la mitad del territorio de la República Mexicana.

Con el transcurso del tiempo José Bernardo Couto se fue integrando en los grupos de poder de ideología conservadora, en virtud de ello su relación con Antonio López de Santa Anna fue estrecha. En la última  gestión presidencial de Santa Anna (cuando el gobierno mexicano vendió La Mesilla a Estados Unidos de Norteamérica), Couto fue hecho miembro de las Academias Mexicanas de la Lengua y de Historia precisamente por nombramiento de Santa Anna, en 1854. Unos meses antes, en 1853, el jurista veracruzano formó parte del jurado calificador que eligió la letra del himno mexicano, según convocatoria emitida por el propio Presidente Santa Anna.

En el rubro estrictamente artístico o cultural destacó la figura del abogado Couto porque ejerció la presidencia de la Junta Directiva de la Academia de San Carlos durante el periodo 1852-1861. Institución desde la cual estableció una política de obtención de obras pictóricas para la Academia, mismas que provenían  de las colecciones poseídas por las órdenes religiosas; la Academia entregaba a cambio dinero o copias de las pinturas intercambiadas hechas por los alumnos de San Carlos. El acervo plástico logrado por Couto fue parte de la Pinacoteca Virreinal y en la actualidad se halla en el Museo Nacional de Arte.

A don José Bernardo Couto también se le debe la creación del monumento de Cristóbal Colón que actualmente engalana la zona de Buenavista de la Ciudad de México. La escultura fue creada por el artista catalán Manuel Vilar, maestro de la Academia de San Carlos, quien a instancias del abogado realizó el boceto respectivo y concluyó la escultura en yeso en 1858. Por diferentes razones, que en este espacio no es viable explicar, la estatua creada por Vilar se fundió en bronce hasta 1892 y por órdenes del Presidente Porfirio Díaz se creó la Plazuela de Buenavista para colocar en ella el monumento a Cristóbal Colón, ello como parte de los festejos del IV centenario del descubrimiento de América.

La última gran empresa cultural realizada por José Bernardo Couto fue la redacción de su libro Diálogo sobre la Historia de la Pintura en México, concluida y revisada por el autor en los inicios de 1862, a unos cuantos meses del deceso del prolífico jurista. Es una obra interesante que refleja concepciones estéticas prevalecientes en el siglo XIX, aunque contiene inexactitudes fue una obra pionera para mostrar información sistematizada sobre la pintura novohispana. En el siglo XX el Fondo de Cultura Económica y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes han publicado ediciones de dicha obra.

No debo dejar de mencionar que Couto también efectuó investigaciones de tipo histórico, una parte de ellas fueron las biografías de José María Luis Mora, Javier Echeverría y de los sacerdotes Andrés Cavo y Pedro José Márquez, estos textos se incorporaron al Diccionario Universal de Historia y Geografía. Por otra parte habría que recordar que el jurista publicó su famoso Discurso sobre la Constitución de la Iglesia en el periódico conservador La Cruz.

Para quienes sientan interés en profundizar sobre los temas que he abordado en esta colaboración, sugiero la lectura del volumen XXVIII de la Revista Mexicana de Historia del Derecho que está próximo a aparecer, en él incorporé un artículo denominado “José Bernardo Couto, promotor de las artes plásticas, forjador de la identidad nacional”. La Revista Mexicana de Historia del Derecho es publicada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.