Libertad en Internet

Publicado el 6 de mayo de 2014

Víctor Manuel Colli Ek
Investigador de la Universidad Autónoma de Campeche
vimcolli@uacam.mx

El resultado de la NETmundial en Brasil hace recordar el asombro de Ruth -en la novela “A tale for the Time Being” de la autora Ruth Ozeki- cuando en tres ocasiones, leyendo el diario que se había encontrado en las costas de una isla canadiense: en el primera está todo redactado, en la segunda, las últimas páginas están en blanco, y en la tercera, esas hojas en blanco parecen llenarse conforme avanza en la lectura.

Así como asombrosa es la lectura de esta obra finalista en el premio literario más prestigioso del Reino Unido, el “The man booker prize” -donde la autora quiere aleccionarnos con éxito sobre las implicaciones de la mecánica cuántica-, es igualmente asombroso, cómo se sucedieron los hechos en esta cumbre internacional brasileña.

Ozeki nos quiere explicar un poco el desconcierto que presentan las partículas subatómicas, para la física tradicional, pues parecen cambiar su comportamiento dependiendo de si se les observa o no, lo cual ha introducido a los científicos a postular la aceptación de muchos universos paralelos o muchos finales, como el caso del diario: completo, incompleto, completándose o haciéndose, este último razón del título de la novela “Time Being”.

Algo parecido sucedió en Brasil en estos días, cuando en la tan esperada reunión mundial sobre internet, parecía que su “neutralidad” –o la internet a una sola velocidad- se aceptaría, esperanzas que se  abrirían, porque días antes el Congreso nacional brasileño, la había adoptado para su país –con la “Ley marco civil”-, lo cual supuso un gran paso de la administración de Dilma Rouseff.

Sin embargo, como con el diario de Ruth, hubo lleno y vacío, la comunidad internacional, aún no está convencida de que el internet debe tener el principio de neutralidad. La aceptación de la eliminación de este principio diría Tim Wu, autor del libro, “The master switch”, convertiría internet en un reflejo de otros ámbitos de la sociedad estadounidense –y del mundo en general-, donde impera la desigualdad.

El efecto o consecuencia de esta desigualdad se ve en la política de la FCC de los EUA, que a través de una cláusula adjetivada “comercialmente razonable” –difícilmente sostenible-, propone que los proveedores de internet ofrezcan servicios a diferentes velocidades, cobrando tarifas especiales –eliminando la neutralidad-.

Lo anterior crea dos problemas inmediatos, primero, elimina la competencia para las pequeñas empresas que no podrán pagar por esas tarifas, lo cual va en contra del principio de innovación, que ha permitido la aparición de empresas como Google, Facebook, Netflix. Segundo, se cobrarán más por los servicios, porque las empresas que puedan pagar esta tarifa, sin duda pasarán la factura a los consumidores.

Junto a este tema encontramos dos más que generan la gran polémica de la internet en nuestros días, el control sobre la red por parte de los EUA y el derecho a la privacidad, éstos últimos detonados por la controversia generada por el exanalista-whistleblower, Eduard Snowden.

En cuanto al segundo, parece ser que la administración Obama ha dado un paso señalado por algunos como una victoria pírrica –pues muy pocos objetan la labor titánica y acertada de este organismo internacional- al ceder su dominio sobre el ICANN, encargado de la asignación de dominios.

En cuanto al tercero, la misma administración Obama para los EUA, ha generado nuevos protocolos, pero no está claro que ceda el control y dé paso a un mundo polarizado en el internet. Al final de cuentas no olvidemos que el Internet fue inventado en los años 60s, para que los ordenadores de los servicios secretos y de defensa de EUA, se comunicaran sin interrupciones, en un clima de guerra fría.

Por ahora, así es como se encuentra el diseño, la neutralidad es un principio no actuante, la internet representa libertad –no olvidemos el “Twitter cubano” (aunque no sé si colocar esto aquí o justo antes de la siguiente coma)- pero igualmente control unilateral, que tiene en sus consecuencias, la invasión a la privacidad.

Para quienes tenemos a la internet como un instrumento fundamental de trabajo, somos convencidos de que debe significar un elemento de libertad, por lo que tenemos la esperanza de que el diseño actual sea un Time Being, como el diario que lee Ruth, ojalá y estemos en el tercer momento, la construcción conforme avanzamos en la lectura, la posibilidad de un desenlace diferente.