El viaje pastoral a Tierra Santa: una apuesta para el diálogo interreligioso*

Publicado el 26 de mayo de 2014

Alberto Patiño Reyes
Académico de tiempo completo, profesor de Derecho y Religión, Universidad Iberoamericana
alberto.patino@ibero.mx

El Papa Francisco visita Jordania, Palestina e Israel. El motivo central del viaje pastoral a Tierra Santa, “será un viaje estrictamente religioso para encontrar a mi hermano Bartolomé I (Patriarca de la Iglesia Ortodoxa) en la celebración del 50 aniversario del histórico encuentro del Papa Paulo VI y Atenágoras I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla” —el otrora guía de los cristianos ortodoxos— aquel fue el primer acercamiento entre los primados de ambas Iglesias (Católica y Ortodoxa) desde 1439. De esa reunión, acordaron la revocación de los decretos de excomunión mutua, originados por el Gran Cisma de Oriente y Occidente de 1054. La segunda razón: “rezar por la paz en aquella región”.

Quiero resaltar otro objetivo, el diálogo interreligioso. En días pasados el diario vaticano L'Osservatore Romano, daba a conocer que en Estados Unidos, más de 400 personas entre rabinos y personalidades del mundo judío norteamericano, signaron un mensaje de bienvenida a Israel para el Obispo de Roma, una iniciativa impulsada por el rabino Jack Bemporad, director del Centro para el diálogo interreligioso, con sede en la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino en Roma, quien dijo: “todos los líderes judíos reconocen que el diálogo es esencial para la comprensión auténtica y un aprecio recíproco” al sostener “que el papa Francisco claramente quiere construir puentes entre todas las religiones para lograr la paz en el mundo”.

En un mundo marcado por el pluralismo religioso y cultural, el diálogo interreligioso, entre las grandes religiones del Libro: cristianismo, judaísmo e islamismo. Adquiere una relevancia significativa en los Estados que visitará el Papa Bergoglio, profundamente lastimados por guerras sangrientas cuyos protagonistas han sido los creyentes de las tres grandes religiones monoteístas. Este viaje apostólico (el segundo fuera de Italia) sin lugar a dudas, servirá para dejar en claro el papel de la Iglesia católica como promotora del profundo respeto a los valores espirituales y culturales de las otras grandes religiones mundiales (judíos y musulmanes) sobre todo para continuar los esfuerzos de Juan Pablo II para quien el diálogo interreligioso “forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia. Entendido como método y medio para el conocimiento y el enriquecimiento recíproco”.

El diálogo interreligioso no pretende la afirmación de una sola religión mundial. En un plano positivo, se pretende no sólo conocer, apreciar y respetar las otras experiencias religiosas, sino cooperar de manera conjunta en la solución de los problemas de la humanidad. Las religiones no pueden ofrecer soluciones técnicas para los problemas del mundo, no es su papel. Sin embargo, el diálogo interreligioso puede servir para mostrar cómo las creencias religiosas alientan la paz y la solidaridad, promueven la justicia y sostienen la libertad. Estas grandes religiones, con su enseñanza moral y espiritual,  están llamadas a iluminar y enseñar la verdad trascendental de la persona humana, en un mundo cada vez más secularizado. Sólo así se origina el respeto de la dignidad humana sin la cual no puede haber justicia, solidaridad y paz.

Cara al futuro, si no hay diálogo interreligioso en Medio Oriente, difícil pronóstico tendrá la solución de los problemas en esta región del planeta. Por lo menos, los líderes religiosos así lo han entendido, la interrogante es indagar si los líderes políticos tienen la voluntad de concretar los acuerdos fruto del diálogo promovido por los primeros, si el integrismo prevaleciente en los grupos religiosos cederá o volveremos a la película que todos ya hemos visto.

NOTAS:
* Se reproduce con autorización del autor, publicado en El Universal, el 25 de mayo de 2014