Historia de un telegrama*

Publicado el 17 de octubre de 2014

Ricardo Méndez-Silva
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM
rmendezsilva@gmail.com

El célebre pero un tanto olvidado Telegrama Zimmermann provocó una crisis mayúscula durante la Primera Guerra Mundial que involucró a nuestro país e influyó en la entrada de los Estados Unidos al conflicto. El Canciller alemán, Arthur Zimmermann elaboró una nota el 16 de enero de 1917 para ser entregada al Presidente de México, Venustiano Carranza. El contenido de la misiva secreta constaba de tres elementos:

  1. El inicio de la guerra submarina ilimitada por Alemania a partir del 1º de febrero de 1917 contra Inglaterra dueña de una superioridad naval y que era abastecida por los Estados Unidos. La guerra se había empantanado de modo miserable en las trincheras y el cambio de estrategia contemplaba su terminación por este medio con la derrota de Inglaterra en unos meses. En la fecha fatídica, Alemania cumplió su amenaza con los sumergibles. Washington respondió con la ruptura de relaciones diplomáticas pero evitó una participación directa en el conflicto.

  2. Debería de hacerse el ofrecimiento a las autoridades mexicanas de una alianza a fin de que provocaran una guerra con los Estados Unidos a cambio de apoyo militar y la complacencia alemana para que recuperaran los territorios perdidos en 1848, Nuevo México, Arizona y Texas. California no apareció mencionada. A primera vista, el entorno no  se antojaba desfavorable para la idea acariciada por la cancillería alemana, prevalecían sentimientos antinorteamericanos en los círculos oficiales del país por el antecedente de la guerra 1846-1848 y los malhadados episodios de la revolución, entre ellos el que se mantenía vivo  en esos momentos, la Expedición Punitiva encabezada por el General Pershing, iniciada en marzo de 1916 y que culminaba en ese febrero dramático y convulso. Acaso Carranza se rascó su barba patriarcal movido por un sentimiento reivindicatorio pero lo cierto es que la atención prestada al telegrama giró en torno al temor real de una guerra con los EU, aunque a fin de cuentas y con un mínimo de realismo el ofrecimiento fue desechado. Los mismos alemanes eran escépticos respecto a la recuperación de los territorios.

  3. La nota Zimmermann tenía otro ingrediente: el japonés. El mensaje conocido como Telegrama Zimmermann contemplaba que México convenciera a Japón para sumarse a una alianza tripartita mexicana, alemana y japonesa. El Imperio del Sol Naciente militaba desde el comienzo de la guerra, en agosto de 1914, al lado de los aliados, Francia, Inglaterra y Rusia. Brillaba como el poder dominante en Asia y había suscrito varios acuerdos con los protagonistas europeos. La punta de lanza japonesa atacó posesiones alemanas en el lejano oriente, por supuesto, en  provecho propio, cosa que le granjeó la animadversión de los Estados Unidos, detalle que Alemania perseguía aprovechar en  su contra. De éste punto procede solo apuntar que el Secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Cándido Aguilar, exploró con extrema levedad a un funcionario menor de la legación japonesa quien descalificó airadamente esa posibilidad.

El telegrama fue remitido de Alemania a su embajada en Washington de un modo inverosímil, a través del mismísimo Departamento de Estado norteamericano. Sucedió que los EU eran todavía neutrales y el Presidente Woodrow Wilson autorizó el envío de mensajes cifrados siempre y cuando estuvieran relacionados con las gestiones de paz que se encontraba promoviendo. En uno de ellos se adjuntó tramposamente el telegrama Z. El espionaje británico logró hacerse de este y desentrañarlo pues poseía secretamente las claves del enemigo, sin embargo, lo ocultó para no alertar a Alemania del oro molido que significaba la posesión de las claves. A fin de guardar el secreto, el espionaje ingles tomó ventaja de un agente infiltrado en el servicio telegráfico mexicano que entregó una copia del telegrama enviado desde Washington por la embajada alemana a su representante en México. Fue ésta la versión que se hizo llegar a la Casa Blanca.

En la trama, el embajador alemán en México, Erhardt, se personó con el Secretario de Relaciones Exteriores, Cándido Aguilar, que se mostró más águila que cándido. El telegrama era pólvora en las manos y se abstuvo de anticipar juicios de valor. Esto ocurría el 20 de febrero. Los sucesos se precipitaban vertiginosamente. Seis días después, el 26, ya del conocimiento del gobierno americano el intento de complot, el embajador gringo, apellidado Fletcher, se entrevistó con Aguilar portando un tronante ultimátum, México debía romper inmediatamente sus relaciones diplomáticas con Alemania so pena de una invasión militar. De ese tamaño fue la crisis. Aguilar negó estar enterado del ofrecimiento. ¿Telegrama, dice Usted? Y, con la pena, Carranza estaba ocupado en los menesteres de la aprobación de la Constitución Política en Querétaro y decidió darle tiempo al tiempo. Ayudó que Fletcher no había presentado sus cartas credenciales y consecuentemente no se había iniciado su gestión diplomática. De algo sirve saber Derecho Internacional. Hacia fines de mes, Don Venustiano recibió al furibundo Fletcher. Tras escucharlo pacientemente, afirmó también desconocer el recado de Zimmermann y con aire de patriarca ofendido señaló que era injusta la posición norteamericana de querer invadir al país cuando México había pronunciado su neutralidad jurídica desde los comienzos de la Gran Guerra.  Ha campeado la versión de que nunca fue recibido el Telegrama Zimmermann, esto se debe a la negación de los altos funcionarios de la república.

En el mes de marzo, como resultado de la guerra submarina ilimitada, fueron hundidas tres embarcaciones mercantes de bandera estadounidense. No era solo el agravio, los intereses comerciales y económicos de la potencia salían severamente afectados. Al final del día, avivada la crisis por el Telegrama Zimmermann, el Congreso norteamericano declaró la guerra a Alemania el 6 de abril de 1917. Puedo imaginarme al dúo diplomático, Carranza y Aguilar y a sus ilustrados asesores, sonriendo complacidos en algún salón del Palacio Nacional.

NOTAS:
* Síntesis de la Ponencia El Telegrama Zimmermann presentada en el Congreso de la Asociación Mexicana de Derecho Internacional, Tabasco, el 11 de octubre de 2014. Datos tomados principalmente de La Guerra Secreta en México. La revolución mexicana y la tormenta de la primera guerra mundial de Friederich Katz.