Preguntas a la PGR

Publicado el 10 de noviembre de 2014

Miguel Carbonell
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM
@miguelcarbonell
carbonel@unam.mx
www.miguelcarbonell.com

La conferencia de prensa del pasado viernes 7 de noviembre a cargo del procurador Jesús Murillo Karam fue un ejercicio de pedagogía social y jurídica muy encomiable.

Durante más de una hora el procurador fue detallando la información relevante y la secuencia de hechos que muy probablemente nos permita concluir que los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados. Valoro mucho que el procurador haya tenido esa disposición informativa y que lo haya hecho personalmente, sin escudarse en sus auxiliares o en sus encargados de prensa.

A partir de lo dicho en su intervención, quedan sin embargo algunos cabos sueltos que estimo deben ser discutidos y analizados con más detalle, a efecto de tener certeza sobre lo acontecido en los municipios de Iguala y Cocula. Me permito, en ese tenor, preguntarle lo siguiente señor Procurador:

  1. ¿Cuántas personas recibieron, trasladaron y mataron a los 43 normalistas? Suena poco creíble que entre 3 o 4 de ellas pudieran someterlos a todos, considerando que eran jóvenes y probablemente estuvieran muy enojados por lo que les estaba pasando.

  2. Dicen los sicarios que 15 de ellos llegaron al basurero de Cocula ya muertos. ¿Cómo es que murieron? ¿Fue por asfixia, por disparos de arma de fuego? ¿Cómo fue?

  3. ¿Cómo es que los presuntos sicarios lograron calcinar a cielo abierto 43 cadáveres hasta reducirlos a ceniza? Se requiere de una temperatura altísima para hacerlo (más de mil grados centígrados, según dicen los expertos), la cual se logra en un horno crematorio pero no es fácil de alcanzar juntando simplemente madera o botellas de plástico, como lo relataron los detenidos.

  4. ¿Cómo es que los presuntos asesinos se quedaron alimentando la fogata durante más de 15 horas, sin mostrar signos de fatiga, sin tomar relevo alguno, sin tener que salir a comer algo o a informarle a sus cómplices?

  5. ¿Cómo es que los fragmentos de huesos presentados en la conferencia de prensa son tan pequeños? ¿acaso los homicidas fragmentaron a tal grado las columnas vertebrales, las costillas, los huesos femorales, etcétera de los normalistas? Deben haber tardado mucho en hacerlo. ¿Y lo hicieron con sus manos o traían alguna herramienta para lograrlo?

  6. Si la fogata estuvo ardiendo durante 15 horas, ¿cómo es que nadie vio nada, cuando ya existían reportes de la balacera y detención de los jóvenes? ¿a ninguna autoridad se le hizo sospechosa la columna de humo que debe haber existido? ¿ningún poblador se animó a llamar al ejército o dar aviso de alguna manera? ¿nadie?

  7. ¿Los detenidos estuvieron efectivamente acompañados de un abogado? ¿cómo es que confesaron con tanto detalle y sin aparente “presión” lo que hicieron? ¿cómo logró la PGR “convencerlos” de que contar los nombres de sus cómplices, si eso en la práctica puede suponer para ellos una condena de muerte una vez que estén dentro de un reclusorio? ¿qué clase de abogados tuvieron, que les aconsejaron contar todo a las autoridades?

Es probable que haya respuestas sensatas y racionales para todas estas preguntas. Abonaría mucho a la credibilidad de las investigaciones el que fueran puntualmente respondidas, para que no quedara la duda sobre la fabricación de culpables y escenas del crimen. No sería la primera vez que suceda, de modo que las dudas y preguntas tienen plena legitimidad. Esperemos que las tengan también las respuestas que se sirva darnos la autoridad.