Responsabilidad social empresarial desde las relaciones de trabajo

Publicado el 12 de febrero de 2015

Valente Quintana
Licenciado en derecho por la Universidad Tecnológica de México; cuenta con estudios de posgrado en Derecho del Trabajo y de máster en Relaciones Laborales, ambos por la Universidad de Castilla-La Mancha, España, así como de Derecho Procesal del Trabajo por la Facultad de derecho de la UNAM; además, es coordinador académico de posgrado de la Escuela Libre de Derecho; catedrático de Derecho del Trabajo en la Universidad Intercontinental; consultor para diversas empresas bajo su propia firma www.valentequintana.com.com, así como articulista de temas laborales para diversas publicaciones
valentequintana@eld.edu.mx

Después de un tiempo de haberse desarrollado, y hasta cierto punto de haberse sufrido en la práctica cierta metamorfosis como concepto, y sobre todo como función, meditemos un poco acerca de la responsabilidad social empresarial y de ¿cómo repercute, o debería de repercutir, en las relaciones laborales?, y no he de mentir al decir que para este tema he tenido que recurrir a diversas fuentes de información para poder llegar a generar una idea propia, y no sólo eso, sino además una postura en relación con lo que interpreta este concepto, y a como es utilizado globalmente, además de lo que efectivamente significa, entonces, su “deber ser”.

En México nos han invadido las empresas trasnacionales con campañas y acciones que nos aseguran que se trata de responsabilidad social empresarial, y sobre todo podemos identificar estas acciones con la clara imagen que vemos cada año de las empresas donando un “gran” cheque, esto de manera literal, para el “Teletón”, pero ¿será en verdad esto una acción de responsabilidad empresarial?, luego entonces podríamos partir con la seguridad de que la responsabilidad social es un tema de filantropía?, a mí me parece que no, lo que creo es que incluso se están confundiendo los conceptos.

La responsabilidad social, desde mi punto de vista, debe de tener una mayor proyección hacia un compromiso social relacionado con el objeto de la empresa y, sobre todo, cabe aclararlo desde este momento, la responsabilidad social empresarial debe de comenzar de la empresa para con sus trabajadores, luego entonces, ¿cómo podría pensarse o suponerse que una trasnacional que utiliza como recurso humano el trabajo infantil, o la subcontratación con el firme propósito de no repartir utilidades a sus trabajadores, o que no tenga las mínimas medidas necesarias en cuanto a seguridad e higiene, o planes de capacitación para sus trabajadores, o que no cumpla con la obligación más básica como la inscripción y pago de cuotas de seguridad social podría ser una empresa socialmente responsable por el motivo de hacer una donación de la cual hará efectiva una deducción de un porcentaje de impuestos?

Ahora bien, la responsabilidad social empresarial se puede traducir básicamente en una filosofía corporativa adoptada por la alta dirección de la empresa para actuar en beneficio de sus propios trabajadores, sus familias y el entorno social en las zonas de influencia de las empresas. En otras palabras, es una perspectiva que no se limita a satisfacer al consumidor, sino que se preocupa por el bienestar de la comunidad con la que se involucra.

Como vemos, en el concepto que manejamos lo primero a lo que se refiere es que la RSE tendrá como primer campo de acción su entorno directo, éste para beneficio de sus trabajadores, luego entonces es dentro de la empresa donde se encuadrará su primer campo de acción, como se mencionó en su momento, con planes de capacitación eficientes, con las medidas de mejora continua para lograr un óptimo clima organizacional que ayude al trabajador a desarrollar al máximo sus competencias y habilidades, así como procurarle no las mínimas, sino las mejores condiciones de seguridad e higiene en el empleo.

Como segundo campo de acción, la responsabilidad social empresarial actuará en las familias de los trabajadores, para lo cual es evidente que el primer elemento que tendremos que contemplar para el beneficio de ella será un salario digno, y con esto nos referimos a un salario que no sólo contemple las necesidades básicas, sino que además considere la recreación y el sano esparcimiento familiar, sin embargo, ya que nuestro salario mínimo dista mucho de ser lo suficiente para las necesidades más básicas como alimentación, vivienda, salud y educación, queda en las empresas esta labor de responsabilidad social, y asignar a sus trabajadores más de lo mínimo exigido por ley que, insisto, es menos que indigno. Por tanto, un proyecto que se puede poner en marcha en algunos empleos es el teletrabajo, el cual es desarrollado con la ayuda de la tecnología, ya que se realiza desde el hogar, por lo que trae consigo muchos beneficios como la integración familiar, sobre todo si hablamos de las madres trabajadoras.

Como tercer campo de acción tenemos el entorno social, pero procurar el beneficio de nuestro entorno social significa fomentar desde la empresa mejores condiciones para las familias como un colectivo, mejores condiciones incluso ambientales en el proceso de producción de las empresas, e incluso podríamos pensar de nuevo en el propio teletrabajo con el argumento de que no saturaríamos las calles de una ciudad con trayectos innecesarios, y claro que ya citamos en nuestro párrafo anterior esta medida pero debemos de entender que sería imposible segmentar estos tres entornos que comienzan con el trabajador, el cual forma una familia y, a su vez, cada familia compone una sociedad.

Es así que por lo expresado con anterioridad, seguramente, estamos más consientes de que la responsabilidad social empresarial poco tiene que ver con ridículos y enormes cheques de juguete, y con su respectiva deducción de impuestos.