El voto de castigo

Publicado el 3 de marzo de 2015

Miguel Carbonell
Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas, UNAM
@miguelcarbonell
carbonel@unam.mx

En el proceso electoral que ya está en curso y que deberá culminar en la jornada de votación que se celebrará el primer domingo de junio, hay muchas novedades sobre las que vale la pena estar advertidos.

La primera de ellas tiene que ver con la organización misma de las elecciones: estamos estrenando una nueva arquitectura electoral encabezada por el INE, cuyos consejeros tuvieron a su cargo el nombramiento de los consejeros electorales en las entidades federativas. Se acabó la injerencia de los gobernadores en los organismos electorales locales. También los tribunales electorales tienen nuevos miembros, los cuales fueron nombrados hace unos meses por el Senado de República. Esperemos que estos cambios institucionales produzcan buenos resultados. Para el INE se trata de una prueba que irá midiendo su capacidad de respuesta frente a lo que se avizora como un muy complicado proceso electoral en el año 2018, cuando estará en juego la presidencia de República.

Otra novedad importante es que veremos competir a tres nuevos partidos políticos. De dos de ellos se sabe más bien poco y no sería remoto que perdieran el registro por no alcanzar el mínimo de votación que les exige la ley. El tercero es MORENA, un proyecto político construido alrededor del liderazgo de Andrés Manuel López Obrador. Algunos sondeos de intención de voto señalan que MORENA podría estar desplazando al PRD en el gobierno de varias delegaciones en el DF, entre ellas algunas tan importantes como Coyoacán, Iztapalapa o Cuauhtémoc, que han sido regidas hasta ahora por personajes nefastos y con pésimos resultados.

Una tercera novedad que veremos es el impacto de las candidaturas independientes. Luego de años de lucha por quitarle el monopolio a los partidos políticos, se aprobaron reglas que permiten a los ciudadanos competir por los cargos públicos representativos sin tener el aval de un partido. Lamentablemente los requisitos fueron tantos y tan rígidos que es probable que veamos pocos candidatos independientes. En todo caso, es probable que a nivel local puedan generar nuevas formas de hacer política y logren resultados electorales novedosos. Ojalá.

Una novedad adicional a la que habrá que estar atentos tiene que ver con el voto de castigo hacia los partidos en el gobierno, del signo que sea. ¿Qué tanto recordarán los ciudadanos el escándalo de la llamada ?Casa Blanca? del Presidente Peña Nieto o el lamentable video de Angélica Rivera intentando justificar lo injustificable al momento de ir a votar? ¿reprocharán los ciudadanos del DF la subida en el precio del Metro decretada por Miguel Ángel Mancera, que no se ha traducido en un mejor servicio o en instalaciones renovadas? ¿qué pasará en los estados que han tenido gobernadores que han robado a manos llenas? Si el voto tuviera cierta lógica uno esperaría un castigo en las urnas para los malos gobiernos. Lo sabremos dentro de unos meses.

Lo que sí es cierto es que estamos ante un proceso electoral con muchas novedades, con grandes retos y con una ciudadanía cada vez más enojada por las promesas incumplidas y por la zafiedad de la vida pública nacional. En junio debería de expresarse ese hartazgo de forma contundente e inobjetable.

NOTAS:
1 Se reproduce con autorización del autor, publicado en El Universal, el 6 de enero de 2015.