¿Anulamos nuestro voto?

Publicado el 23 de abril de 2015

Ricardo Hernández Montes de Oca
Politólogo y maestro en derecho por la UNAM
rhmontesdeoca@gmail.com

En etapa de consolidación democrática, nuestro país sufre diversos problemas que traen consigo un cierto hartazgo con la política nacional. La transparencia, una de los grandes logros de la democracia mexicana, no ha servido de mucho, ahora solo nos enteramos de los actos de corrupción pero no vemos castigos reales, ni medidas efectivas para terminar con ellos. El discurso antipartidos o, más grave, antipolítica empieza a ser cada vez más patente entre diversos sectores sociales.

Una de las formas que empieza a cobrar fuerza para mostrar el hartazgo hacia la política partidista es ejercer el voto nulo, es decir, acudir a las urnas en las próximas elecciones federales y simplemente tachar toda la boleta, no votar por ninguno; el mensaje será, dicen los defensores, demostrar el rechazo a todas las fuerzas políticas.

Pero ¿qué pasa con los votos nulos?

Para la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), un voto nulo es, según el artículo 288: “2. Son votos nulos: a) Aquél expresado por un elector en una boleta que depositó en la urna, sin haber marcado ningún cuadro que contenga el emblema de un partido político o de una candidatura independiente, y b) Cuando el elector marque dos o más cuadros sin existir coalición entre los partidos cuyos emblemas hayan sido marcados”.

El primer conteo de votos se hace por casilla, al término de la jornada electoral; es ahí cuando tendremos conocimiento del total de votos nulos por casilla, eso sí, no sabremos cuántos fueron nulos porque la boleta se tachó y cuántos fueron por error del ciudadano.

Luego se debe hacer el cómputo distrital, que es la suma de los conteos en las casillas, la agregación de votos, en esta etapa sabremos el total de votos nulos por distrito electoral; nuevamente, no sabremos cuántos fueron anulados como señal de protesta y cuántos por error del ciudadano.

Durante los cómputos distritales, si se detecta que el número de votos nulos es mayor a la diferencia entre los candidatos ubicados en el primero y segundo lugar, el Consejo Distrital deberá realizar nuevamente el escrutinio (artículo 311, LGIPE); si tenemos distritos con un alto nivel de competencia entre dos candidatos, como ocurrió en 2006, por ejemplo, los votos nulos podrían alargar la sesión de los conteos distritales.

Por otro lado, en el porcentaje mínimo de votación para mantener el registro de un partido (3%) es donde se pueden identificar más efectos de los votos nulos, veamos. A la votación total emitida (que es el total de votos depositados en las urnas) se le deducen los votos nulos y los votos que correspondan a candidatos no registrados, con esto obtenemos la votación válida emitida. Este dato es relevante ya que el artículo 54, fracción II, de la Constitución señala que todo partido político que alcance por lo menos el 3% de la votación válida emitida tendrá derecho a que se le atribuyan diputados de representación proporcional; por su parte, el artículo 94 de la Ley General de Partidos Políticos señala como causa de pérdida del registro el no obtener en la elección ordinaria por lo menos el 3% de la votación válida emitida en alguna de las elecciones federales.

Si tuviéramos una cantidad considerable de votos nulos, le estamos abaratando el registro a partidos como el Verde, pues, con una votación total emitida (caso hipotético) de 40 millones, el 3% es igual a 1,200,000 votos como mínimo para conservar el registro, pero como debemos reducir los votos nulos y los votos para candidatos no registrados, suponiendo que se alcance un 5.6% (como en 2009) de nulos, las cifras serían:

Votación total emitida: 40,000,000

Votos nulos y de candidatos no registrados: 2,240,000

Votación válida emitida: 37,760,000

Total mínimo de votos para conservar el registro (3%): 1,132,000

Es decir, si no hubiera votos nulos (caso hipotético), el Verde necesitaría 1,200,000 votos para conservar su registro, y no 1,132,000; los votos nulos le facilitan la tarea al Verde, y a otros pequeños partidos, de conservar su registro.

Se puede discutir mucho sobre los efectos del voto nulo, lo cierto es que, al menos, le estaríamos a abaratando el registro al Verde.

¿Anulamos nuestro voto?.