De partidos y candidatos. Lecciones de unas elecciones concurrentes en la periferia del régimen

Publicado el 01 de junio de 2015

Alfonso Guillén Vicente
Profesor-investigador en el Departamento Académico de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma de Baja California Sur
aguillenvic@gmail.com
con la colaboración de Tania Bustos Rivera y Monserrath Loyo Onofre

Frente a la actual crisis del sistema de partidos en México, los comicios federales de 2015 han motivado un interesante debate acerca del quehacer con el voto razonado. Así, volvieron a surgir los llamados de algunos destacados intelectuales a anular el sufragio, con el argumento de que un porcentaje significativo de votos nulos puede obligar a las organizaciones políticas a recapacitar y, tal vez, a buscar las causas de esta crisis. Frente a ellos se posicionaron aquellos que consideran que " si tuviéramos una cantidad suficiente de votos nulos, le estamos abaratando el registro a partidos como el Verde", 1 o bien las académicas que buscan ponderar su voto con base en aquellas iniciativas que persiguen "elevar las exigencias sobre los candidatos para que informen a la población sobre sus perfiles. (como) «Conócelos», del INE; «Voto Informado», de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; y «Candidato Transparente # 3 de 3», del IMCO y Transparencia Mexicana".2

Sin embargo, la necesaria respuesta de los ciudadanos frente al evidente deterioro de las instituciones partidarias mexicanas se complica en aquellas entidades federativas donde también se eligen poderes locales, especialmente en las que se disputan gubernaturas, como Baja California Sur. La proximidad de esos niveles de gobierno para con el ciudadano plantea problemas adicionales al votante, más cuando consideramos que ahí se encuentra el eslabón más débil de los partidos políticos mexicanos, como lo exhibiremos con estas notas sobre los comicios de 2015.

Es notable la pobreza actual de los planteamientos de la inmensa mayoría de los partidos políticos frente a la problemática de Baja California Sur si los comparamos con las plataformas que sostenían hace 35 años, cuando la reforma política de López Portillo otorgó el registro legal a varias organizaciones políticas y la media península se dispuso a votar por su segundo gobernador constitucional. Lo que Julio Labastida Martín del Campo llamó "la transición prolongada" en México trajo un natural desgaste en las maquinarias partidarias y el acceso a los cargos públicos demeritó el interés de sus dirigencias en el planteamiento de respuestas a los grandes problemas nacionales y regionales. La riqueza conceptual de la multitud de partidos que existían en los ochentas en todo el espectro político contrasta con la pobreza de ideas de las coaliciones que hoy figuran en la contienda electoral.

El Partido Revolucionario Institucional, por ejemplo, hablaba en 1980, en voz de sus dirigentes sudcalifornianos, de "lograr un desarrollo ponderado entre las diferentes regiones del estado"; además de proponer "intensificar la explotación racional de los recursos de alta mar, en especial la de la Zona Económica Exclusiva" y "la apertura de astilleros de mayor capacidad". Para esa fecha también planteaba "construir obras adecuadas que mejoren volúmenes de recarga del acuífero" y "liberar volúmenes de agua dulce mediante la instalación de plantas desaladoras". Y cuando todavía el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado no decidía la privatización de los transbordadores, el PRI local demandaba "realizar estudios tendientes a optimizar la operación" de este vital medio de transporte para la media península.3

Para 2015, el partido tricolor, en coalición con el Verde y con Nueva Alianza, únicamente ha logrado enlistar diez grandes ejes de plan de gobierno para Baja California Sur: un estado "seguro, justo y sin violencia"; "transparente"; "ejemplo turístico mundial"; con "salud para todos"; con "educación y cultura de calidad"; con "más y mejor deporte"; "sustentable"; "productivo, moderno, digital y competitivo", y "con más y mejores empleos", todo "para que te vaya bien".4

El Partido de la Revolución Democrática, en coalición con el Partido del Trabajo y con Movimiento Ciudadano, al parecer no tuvo plataforma electoral estatal para 2015, a no ser por los comentarios que presentó su candidato a la gubernatura para responder a las temáticas de los debates organizados por el Instituto Estatal Electoral, la Coparmex y la empresa PROMOMEDIOS. Más sorprendente si tomamos en cuenta que esta alianza de la izquierda partidaria gobernó durante doce años en Baja California Sur. El deterioro de la llamada Coalición Progresista ha llegado a tal grado que en la segunda quincena de mayo el candidato a diputado local por el IV Distrito (La Paz), dos veces secretario general de gobierno en las administraciones perredistas y alcalde paceño por el sol azteca, ha llamado a votar por el candidato del PRI a la gubernatura del estado.

Frente a esta desalentadora realidad, pongamos lo que en 1980 presentaron para enfrentar la problemática sudcaliforniana algunos de los partidos que después aparecieron, a través de destacados militantes, en la organización del partido del sol azteca. El Partido Comunista Mexicano, por ejemplo, proponía "orientar la política de turismo hacia el turismo familiar y regularse la inversión extranjera en esta rama"; "obligar a los barcos extranjeros a respetar la soberanía nacional en las 200 millas de aguas territoriales", y resolver el grave problema del agua, "con el avance tecnológico en gran escala, con grandes plantas desaladoras". El Partido Socialista de los Trabajadores, por su parte, indicaba que su propuesta para el desarrollo económico de la entidad "englobaba tres aspectos: explotación, comercialización e industrialización de los productos del mar integral y racional; que la explotación e industrialización de la minería sea de los trabajadores, y que el turismo debe considerarse como cuestión complementaria".5

En el caso de MORENA, el problema en Baja California Sur parece estar en algunos de sus candidatos, cuestionados por su pasado desempeño en la administración pública sudcaliforniana, más que en la ausencia de una plataforma local, pues el Movimiento Regeneración Nacional, por ejemplo, "propone prohibir la explotaciones mineras de tajo a cielo abierto y el método de fractura hidráulica (fracking) para extraer gas o petróleo (además), de "la mega minería submarina, que provocan severos daños al medio ambiente, ecosistemas pesqueros, los acuíferos y la salud pública".6

Por otro lado, las nuevas organizaciones políticas, como Humanista y Encuentro Social, han alimentado sus candidaturas en Baja California Sur con priistas, panistas, petistas y perredistas desplazados.

En lo que se refiere a las candidaturas a diputados locales, las campañas han pasado a segundo término en la disputa por la gubernatura y algunas alcaldías, como Los Cabos. Pero en la propaganda que candidatas y candidatos han entregado casa por casa no apreciamos propuestas para abordar el rezago legislativo que enfrenta la entidad federativa, uno de los grandes pendientes locales.

Ni en las ocasiones que ha existido un Congreso local dividido, como en la legislatura 1993-1996, ni mucho menos en aquellos periodos donde ha predominado, sin contrapesos, el partido del gobernador en el Poder Legislativo, como fue el caso del perredismo en sus dos sexenios, los legisladores locales se han propuesto organizar un marco jurídico para tareas vitales en la vida de los poderes y de los ciudadanos sudcalifornianos. Baste enumerar aquí algunas de las garantías constitucionales que siguen ausentes en la media península: controversias, acciones de inconstitucionalidad, acciones por omisión legislativa, juicios de protección de los derechos humanos.7

Todos estos indicadores de la crisis de los partidos políticos mexicanos, en una región considerada como la periferia del régimen, no parece que se vayan a atenuar, ni mucho menos a resolver en el corto plazo. De ahí el problema para emitir un sufragio razonado en Baja California Sur para 2015. Quizá las nuevas generaciones que arriban a las organizaciones políticas puedan empezar a construir el camino para salir del marasmo y el desencanto.

NOTAS:
1. Hernández Montes de Oca, Ricardo, "¿Anulamos nuestro voto?", Hechos y Derechos, México, núm. 26, marzo-abril de 2015.
2. Peschard, Jacqueline, "En contra del conformismo, un voto útil", El Universal, 25 de mayo de 2015.
3. Guillén Vicente, Alfonso, "Los partidos políticos frente a la problemática de Baja California Sur", Panorama, segunda época, núm. 17, noviembre de 1980.
4. ricardobarroso.com.mx.
5. Guillén Vicente, Alfonso, op. cit.
6. Agradezco a Ana Gabriela Bochm y a Concepción Sánchez, militantes de MORENA, el acceso a su plataforma electoral 2015 para Baja California Sur.
7. Constitución Política del Estado de Baja California Sur, estudio introductorio de Alfonso Guillén Vicente, Archivo Histórico Pablo L. Martínez, Elizabeth Acosta Mendía, editora. 2013.